domingo, 19 de febrero de 2012

Y TOMAMOS LAS CALLES

“Nuestro programa de Gobierno tiene a la persona como eje central de actuación y al progreso social como objetivo prioritario, está inspirado en la libertad, en la tolerancia, en la igualdad real de oportunidades, en el humanismo y en el respeto incondicional a los derechos humanos". "España es el país de la Unión Europea donde más aumentó el riesgo de pobreza entre el año 2009 y el año 2010, pobreza que afecta especialmente a la mujer. Es esencial volver a recordar que la mejor política de igualdad es la que crea empleo, para todos: para mayores, para mujeres, para hombres, para jóvenes, para personas con discapacidad”.

Estas fueron las palabras de Ana Mato en la Comisión sobre igualdad, y estas son las líneas de acción de un Gobierno que miente, manipula y tergiversa la información en beneficio del poder, un poder que castiga a las personas más desfavorecidas, entre ellas las mujeres.
¿Libertad? ¿De quién? ¿De las mujeres que deciden no ser madres? ¿De la mujer que decide casarse con alguien de su mismo sexo? ¿La pobreza afecta más a las mujeres? ¿Entonces por qué el ejecutivo de Vivas se olvida de ellas en el Plan de Inclusión de Ceuta? ¿La política de igualdad es la que crea empleo? ¿Dónde queda entonces esa política de igualdad en la reforma laboral? ¿No os dais cuenta que os contradecís?
Expresáis, Plan Integral de Apoyo a la Conciliación de la Vida Laboral, Personal y Familiar, decimos, ¿Y los permisos de paternidad que rechazasteis siempre y en los que no os habéis pronunciado? ¿Qué pasa con las empresas que pueden cambiar sus horarios y forma de organización solamente con declarar perdidas? ¿Tendrán en cuanta la conciliación de las mujeres?
Otra de las afirmaciones, “el porcentaje de mujeres inactivas por razones familiares supera el 41 por ciento”, claro, hacer intenciones para quitar la Ley de Dependencia hará que esas razones familiares mejoren ¿no? Ideáis la preocupación de la brecha salarial y el plan de empleo para mujeres sin saber que, el número de mujeres ocupadas ha crecido un 25,5% con los gobiernos socialistas.
Hemos reducido en 10 puntos la brecha de género en ocupación y a 0,7 la brecha en paro. La brecha salarial se ha reducido casi 7 puntos, aunque todavía el salario medio anual de la mujer representa el 78% del de los hombres y es por ello por lo que tenemos que seguir trabajando, luchando y congregando responsabilidad para hacer de la igualdad real un objetivo a cumplir, pero, objetivamente mal ha empezado para su contribución el Gobierno de Rajoy, al suprimir ciertos derechos y a plantearse serios recortes en políticas de mujeres, pero mucho peor van a continuar si tras el Congreso celebrado este fin de semana en Sevilla sólo aparece el nombre de una mujer en la lista de los veinte primeros responsables de la ejecutiva.
¿Qué dirá ante eso Ana Mato después de afirmar su preocupación ante la falta de paridad en los puestos de dirección y los consejos de administración? Palabras más, palabras menos y ante los gestos, los hechos y un consejo, fomentemos el lenguaje inclusivo, al menos, en los discursos dónde se hable de igualdad, la credibilidad será mayor.

sábado, 18 de febrero de 2012

MÁS ALLÁ DEL PROPIO MITO DE LA VIOLENCIA, LA REALIDAD QUE NO SE VE.

Desde la Asociación Búscome queremos exigir un mayor compromiso y concienciación de quienes tienen la protestad para cambiar el sistema, modificarlo y sentar las bases de un verdadero compromiso y proyecto integrador.  Todavía no hemos logrado entender qué es la Violencia de Género porque aún existen casos desamparados, olvidados y controlados por sentencias, opiniones, resoluciones y acuerdos que separan los hechos en casos aislados, sin caer en la cuenta del continuo del maltrato. Las mujeres que son víctimas de violencia de género no dejan de serlo después de poner la denuncia, porque el maltratador no sólo buscará las maneras de seguir controlando y dominando en la distancia y de forma sutil, sino que utilizará, en la mayoría de los casos, a los hijos y las hijas para ejercer esa presión. Las víctimas volverán a sentir la anulación de no saber cómo enfrentarse a una vida marcada por la ambulación y el miedo.
¿Quién controla esos regímenes de visitas? ¿Qué sucede cuando acaba la orden de alejamiento y las mujeres tienen que encontrarse con el maltratador? ¿Cómo afecta en los hijos y las hijas el hecho que los padres no puedan verse ni hablarse? ¿Quién trabaja la relación de las víctimas con sus hijos e hijas?
En Búscome sabemos, que basta un segundo de la mirada de la mujer ante el que fue su agresor, para romper las piezas de construcción de todo un tratamiento encauzado a dirigir las riendas de su propia vida. Las mujeres están desprotegidas en el aspecto emocional, y los y las menores apenas son tratados por quienes tienen el compromiso de hacerlo. Los jueces y las juezas no logran empatizar con la Violencia de Género más allá de lo físico y conceden sentencias listas para provocar, en un futuro, el encuentro de esos padres, perjudicando con ello el estado emocional no sólo de las madres sino también de los y las menores. El maltrato no es puntual y por tanto, hay que evitar cualquier circunstancia que posibilite un nuevo acercamiento entre el agresor y la víctima. Si el sistema judicial profundizara realmente en el ciclo de la violencia, en el perfil del maltratador, en los factores de riesgos, en las secuelas que dejan, en los tipos de maltrato, quizás esas mujeres lograrían respirar mejor sabiendo que sus hijos e hijas, están ajenos a ese control. No negamos ni rechazamos los regímenes de visitas, lo que queremos es más intervención, al fin de evitar perpetuar en el tiempo la violencia de género, una violencia de género que también es social, económica, instrumental y psicológica. 

domingo, 5 de febrero de 2012

MANEJADAS POR LOS HILOS DEL PP

 El otro día tuve la oportunidad de sentarme a tomar café con mujeres de distintas generaciones y en las que, como si de un hilo cadencioso se tratase, le sonaban a melodía musical, las retóricas de las distintas actuaciones políticas, que se permiten el placer de imponer por encima de entender, y de creer por encima de suponer que las decisiones no son individuales, personales e intransferibles.
Hay valores universales que deberían estar por encima de cualquier cosa, el sentido de saber que cada persona tiene el derecho a decidir el color de su vida, pero sin matices ni condicionantes que hagan borrar las sombras de las dudas. Unas dudas que te condicionan y te hacen parecer no ser alguien “normal”, simplemente porque dirigentes de la política se han encargado de establecer límites a la vida, una vida que deja de ser propia en el mismo instante que deja de ser tuya.
Durante el tiempo que hemos estado en el Gobierno, hemos dado cobertura a los mayores avances sociales que jamás hayamos podido vislumbrar, y lo hemos hecho por una simple razón, creemos en las personas, en la libertad, en la inclusión, en la igualdad, en la equidad y en la pluralidad de existir sin invisibilidad ni ocultamiento.
Apenas dos meses desde que ganaran las elecciones y ya se están atreviendo a desmantelar y acabar con todo un sistema de derechos como la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, la entidad del Instituto de la Mujer y la Educación para la Ciudadanía.
¿Una casualidad?, no. Las tres cosas tienen connotaciones ideológicas –para el actual Gobierno- y feministas y por tanto, su desaparición lleva a situar de nuevo a las mujeres en el borde del precipicio. Nos han vuelto a coger los hilos para volver a ser manejadas por maridos, parejas, padres, profesionales de la medicina, profesorado de la enseñanza y por una política conservadora, impositora, dominante y segregadora que en vez de gobernar para todos y todas, deciden potenciar la exclusión y la desigualdad a base de legislaciones dictatoriales.
Ahora entiendo la campaña del Centro Asesor de la Mujer de Ceuta “No eres una muñeca rota para que te manejen” o las palabras de Garbín cuando hablaba de “las mujeres tenemos que sentirnos orgullosas de serlo”. Pues ni muñecas rotas, porque no somos frágiles; ni recordarnos que tenemos que sentirnos orgullosas por ser del género femenino, porque ya lo estamos; lo que exigimos es igualdad y avanzar en derechos para decidir, pensar, sentir y querer.
Porque si verdaderamente existe alguien o algo que nos maneja, ese el Partido Popular y sí, existirán mujeres que querrán no haber nacido por culpa de las intenciones de Mato o Gallardón que juegan a realizar precisamente lo contrario a lo que acostumbran a predicar: los ideales de la Constitución. ¿Cuáles? La recurrida, o la que establece que todos y todas tenemos derecho a vivir en libertad y en igualdad de oportunidades.
Es evidente que esa palabra le queda grande al gobierno del PP.
“Desde mi piel hacia dentro yo ejerzo mi más férrea dictadura”