viernes, 31 de julio de 2015

CONTRA LA TRATA DE PERSONAS, SILENCIO INSTITUCIONAL

Se ha celebrado el Día Internacional contra la Trata de Personas y no he visto a la Ciudad mostrar su repulsa y condena por este tipo de esclavitud. La lucha contra la trata de personas debe ser prioridad para toda la sociedad, pero son las instituciones las que deben asumir la responsabilidad de garantizar el acceso universal de los Derechos Humanos.
En España hay víctimas de trata extranjeras, residentes legalmente o en situación irregular; así como de nacionalidad española o nacionalidades de otros Estados miembro de la Unión Europea. Ceuta, ciudad fronteriza, ¿Alguien piensa realmente que no existe trata?
Para una mejor respuesta, haré referencia a la definición que ofrece Naciones Unidas sobre esta violación clara contra la dignidad humana  “la trata es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. La explotación incluye como mínimo, la derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares, servidumbre y extracción de órganos”.
Ateniéndonos a la definición y queriendo centrarme en la trata de explotación sexual, por ser la que se da con mayor frecuencia, hay posibilidad de que la trata se produzca recurriendo al abuso de una situación de vulnerabilidad aunque no haya coacción ni engaño. En este sentido, por ejemplo, una mujer puede acceder a estar en situación de prostitución y ser explotada sexualmente pero no por ello dejar de ser víctima de trata si se está abusando de una situación de vulnerabilidad como la pobreza, la situación administrativa irregular, las cargas familiares, o por no conocer el país o la lengua.
Es bueno que la gente sepa que en España se están obteniendo unas ganancias ilegales de más de 112 millones de euros al año a costa de las víctimas de trata de seres humanos y explotación sexual conocidas por las autoridades, según cálculos de UGT. El 85% de los beneficios económicos estimados de la trata de personas viene del comercio sexual. Cada año entre 600.000 y 800.000 personas cruzan las fronteras internacionales como víctimas de trata, de esta cifra el 80% son mujeres y niñas y el 50% son menores de edad. Por ello, la respuesta debe ser abordada desde las políticas de igualdad y desde una perspectiva integral. No podemos escatimar esfuerzos para luchar contra la esclavitud, ni permitir que en ningún país se vendan y compren personas. Tampoco podemos seguir mermando los recursos para luchar contra mafias y dar apoyo a las víctimas, ni continuar en un silencio cómplice o cobarde, según como se mire.
Y en Ceuta no podemos permanecer inmutables ante una realidad patente. Como feminista siempre he tenido claro el papel que deben representar los poderes públicos respecto a la explotación sexual, y siempre he considerado la prostitución como violencia de género o violencia contra la mujer, como una violación de los derechos humanos y como otra muestra más de opresión patriarcal que coloca al hombre del lado del dominio y a la mujer de la sujeción.  Las mujeres no se prostituyen, son prostituidas por clientes y proxenetas protegidos, en muchas ocasiones, por el Estado, forzadas por necesidad económica, por presiones de todo tipo, por la violencia material y simbólica, por costumbres e ideas contenidas en los mensajes culturales que nos dicen que hemos nacido para satisfacer las necesidades de los varones. Tratar a las mujeres como un objeto de usar y tirar equivale a aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres. Aceptar esto, es atacar directamente a la igualdad. Utilizan una falsa idea de elección y consentimiento que no reconoce los condicionamientos sociales e individuales y el complejo proceso que lleva a una mujer a ejercer la prostitución y las diversas formas, sutiles o brutales de coerción, no siempre demostrables.

Este comercio está organizado fuertemente en torno a ideologías androcéntricas y capitalistas, su regulación soluciona supuestamente a los gobiernos problemas de inmigración y de seguridad ciudadana a costa de la vida y la dignidad de las mujeres, por eso ya han empezado a multar  a las mujeres en vez de considerar que el cliente es el mayor prostituidor y debería ser el responsable penal. Mientras, lo que hay que hacer es cerrar los locales de alternes, los pisos y los burdeles, reinsertar a las víctimas y protegerlas, concienciarse de que existe una clara vinculación entre la violación de los derechos humanos y la prostitución y, por tanto, no cabe regularizar o reglamentar la explotación. Es vital eliminar la apariencia de normalidad de la esclavitud y obligar a los poderes públicos a evitar cualquier tipo de violencia, también a Vivas.

lunes, 27 de julio de 2015

LA VERDAD DE UN CAPÍTULO

Quizás hay algo dentro de mí que me impide dejar de escribir, es esa voz del interior que dice que, aunque existan personas que jamás lo entenderán, nunca debes de dejar de hacer aquello que te sale de lo más profundo del corazón. Sí, corazón. Algunas personas señalarán que utilizo mucho esa palabra, pero jamás quiero dejar de hacerlo y si, por casualidad, algún día me convierto en una mujer manipuladora, fría, distante y que juega a pensar en mis propios intereses, vendiéndome a la primera persona que me ofrezca algo, aunque antes me haya criticado o puesto la zancadilla, dejaré de pertenecer, por voluntad propia,  a un partido político que tiene historia de personas que, incluso, han dado la vida por defender unos ideales. ¿Por qué? Porque entenderé que el PSOE me queda grande.
Hemos vivido un Congreso Extraordinario y ha salido proclamado Manuel Hernández como Secretario General. Desde aquí le deseo toda la suerte del mundo, tanto a él como a su equipo. Tienen mi apoyo incondicional, el mío y el de muchos compañeros y compañeras que decidieron apoyar la otra candidatura, la de Pablo Núñez. Ya no existen dos, en estos momentos, actualmente, sólo existe una.
Espero que nadie, absolutamente nadie, haga lo que hicieron con José Antonio Carracao, es decir, apartarse de la política y dejar de participar en cosas tan trascendentales para la vida de un partido, como fueron las Elecciones Generales, las Europeas, la Conferencia Política, o las mismas Autonómicas. Espero y deseo que la unión de algunas personas no sea sólo una respuesta de aversión hacia quien hasta ahora ha sido, democráticamente, nuestro Secretario General. Espero que esa unión sea la de mirar hacia el futuro sin perder de vista el presente y, lo que es mejor, el pasado. La posición que tenemos ahora sólo ha sido posible por el esfuerzo de un equipo que ha tenido que remar contra la corriente y luchar contra muchos reveses.
Y ahora,  sin más transcendencia que la de recordar a un gran socialista, me vienen las palabras de Rubalcaba: “ La acción política del PSOE se sustenta en un trípode: proyecto, partido y principios. Los principios son los nuestros, los de siempre, los conocemos bien, justifican nuestros 135 años de historia. Pero los principios no bastan con tenerlos, hay que vivirlos, hay que practicarlos, en el día a día, todos los días, deben formar parte de nuestra práctica política.  Los proyectos políticos se pueden adecuar a la realidad, pero los principios políticos, no. El PSOE debe ser un partido que dice siempre lo que piensa, que piensa lo que dice y que cumple lo que promete. Hemos de ser siempre coherentes, pero nunca dogmáticos.  Tenemos que ser honestos y austeros porque si no vivimos como pensamos acabaremos pensando cómo vivimos.
Tenemos que subordinar los intereses personales a los intereses del partido. Y el interés del partido, al interés general. Tenemos que trabajar incansablemente. Hemos de responder a los problemas pequeños con trabajo y a los grandes con mucho trabajo. A los y las socialistas nunca nos han regalado nada. Lo que tenemos lo hemos conquistado con nuestro trabajo.
Somos leales, antes que nada, con nuestros compañeros y compañeras. Lealtad mutua, porque compañerismo viene de ahí́.
Y finalmente, el poder, que es una difícil relación para la izquierda. Los y las socialistas nunca hemos buscado el poder por el poder. No. Queremos alcanzar el poder para transformar y buscar la igualdad y la justicia. Queremos llegar al poder para dárselo a quienes no tienen otro poder que el que les da la democracia. Porque, como le gusta decir a Alfonso, el socialismo nació́ para evitar que nadie tenga tanto poder como para obligar a arrodillarse a los demás y para conseguir que nadie tenga tan poco poder como para tener que arrodillarse ante nadie. Para eso queremos el poder. Tengo el convencimiento de que el olvido de uno solo de esos principios nos trae muy malas consecuencias; que es algo que la ciudadanía no nos perdonan. Y hacen bien. Porque a la izquierda se le debe medir por la calidad de su proyecto político, claro que sí, por la fortaleza de su liderazgo, naturalmente, pero sobre todo por el respeto a sus principios y a sus valores, por su ejemplaridad. Ejemplares, compañeros y campaneras, los y las socialistas tenemos que ser ejemplares, todo el día. El PSOE no me debe nada. Yo se lo debo todo al Partido. Se lo debo todo. Todo lo que he sido y, sobre todo, todo lo que he podido hacer. Le debo haber podido trabajar por mis convicciones.”

Grandes verdades que quería compartir con ustedes porque como dice Antonio Machado, “la verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”.

sábado, 18 de julio de 2015

CONFUNDIR LA DIRECCIÓN CON EL CAMINO

Cuando entras a formar parte de un partido lo haces no sólo por ideología, también por sentirte útil y bien contigo misma. Siempre he sentido la necesidad de reivindicar y de no rendirme ante las adversidades, mucho menos cuando esas tinieblas forman parte del círculo que se supone que tiene que unir, fortalecer, y contribuir. Me enseñaron a pelear, a no rendirme, a ser independiente y, sobre todo, a no creerme superior a nadie, es decir, a no juzgar. Vivimos en un mundo de apariencias, de control, de poder. El mundo que yo quiero no mide las palabras o los gestos, el mundo que yo quiero lucha por la palabra, pero la que sale del corazón. Pienso que las personas que actúan con el corazón llegan más lejos y acaban conectando más con la gente, que aquellas que sólo escudriñan el beneficio personal por encima del bien común.
Pero también me enseñaron a enmendar las dificultades internas dentro de las cuatro paredes de una formación, más que nada porque a la ciudadanía le importa muy poco los vaivenes de los políticos y las políticas, lo que quieren es la solución a sus problemas. Así entiendo yo la política: participar para servir sin mirar al que tengo al lado ni el momento porque siempre es el momento para trabajar por la gente de tu tierra, siempre.
No voy a decir jamás, salvo algo que sea muy evidente como el expediente que hemos enviado contra un militante por hacer comentarios homófobos y machistas en una red, nada malo de un compañero o compañera. Nunca voy a criticar las políticas que estamos haciendo desde el PSOE, salvo que crucen la línea roja socialista y eso no va a pasar, pero lo que tampoco voy a permitir es que se tire por tierra, desde la barrera, un trabajo realizado de muchos años o que se dude, por ejemplo, de los trabajadores y las trabajadoras del PSOE de Ceuta.
Recientemente alguien ha escrito un artículo de opinión “aires nuevos en el PSOE”. En el texto he leído: “ hacer un PSOE nuevo, abierto, con ideas; esta vez sólo hay ilusión y ganas de cambiar lo de dentro; Manolo ha sabido contar en media hora con personas, algo que otros en siete años no han querido; Hernández ha tenido que luchar en contra de la voluntad de algunos miembros del aparato, curiosamente, incluso algunos trabajadores del partido se han posicionado pública  y legítimamente pero irresponsable por dar la espalda al que es actualmente su portavoz del grupo parlamentario, algo inexplicable”.
Si esto viniera de alguien que ha estado estos últimos años participando en los diálogos, asambleas, en la campaña electoral, o en las visitas a las barriadas, no dudaría en tomarme un café para aclarar diversidad de opiniones, pero como no ha sido así sólo me sale defender lo que creo que es intocable, el impresionante e incuestionable trabajo que ha hecho José Antonio Carracao Meléndez al frente de Daoiz. Si alguien, a día de hoy, duda de ello tiene un serio problema de sentido común, y ya tocará hablar de ello en algún momento.

Pero sí quiero hacer referencia a la innegable honorabilidad de las personas que trabajan en la sede socialistas, personas que también son compañeros y compañeras y que, pasada su jornada laboral, se quedan hasta la madrugada planificando, diseñando o ideando. Personas que, como militantes que son, tienen derecho a votar y decidir en igualdad de condiciones a su Secretario o Secretaria General. Un militante un voto, democracia, libertad. A veces se nos olvida en el partido que estamos...
#SerSocialistaEsHacer