sábado, 28 de octubre de 2017

En Ceuta hay demasiadas banderas, para tan pocas oportunidades.

Ceuta no sabe que de seguir así estará condenada al fracaso, por muchas estatuas que Vivas siga poniendo en los puntos de oros de la Ciudad, mientras se niega a restaurar los otros tantos puntos negros. 
Una ciudad donde no ponen rampas para quienes tienen problemas de accesibilidad. Una ciudad donde se tapan los ojos ante la migración y la situación de muchas personas que ven como lo que se supone que es una salida, acaba siendo un tapón, de ahí la protesta de los asiáticos a los que no les han dejado ni abrigarse con mantas. 
Una ciudad donde no hay oferta laboral ni oportunidades de aprendizaje, donde la pobreza y el desempleo están en su máximo apogeo y encima Ciudadanos ha encontrado la solución, discriminar aún más a la víctimas del sistema poniendo como condición que no se contraten en los planes de empleo a quienes no saben leer ni escribir, en vez de estimular su formación de manera paralela. 
Una ciudad donde hablan de turismo, pero aún no han entendido, quienes nos gobiernan, que sin Marruecos o la gestión del trasporte, nada de los objetivos planteados en Fitur serán una realidad.
Una ciudad que tiene un comercio a la deriva, por culpa de la incapacidad a la hora poner soluciones a la frontera y unas ventajas fiscales que seguimos sin aprovechar.
Una ciudad que sigue segregando al alumnado y fomentando la desigualdad.
Un Gobierno que pide legalidad, pero luego sus consejeros se saltan una sentencia judicial y se sientan en unas mesas de una terraza sin licencia. 
En definitiva, una Ceuta a la deriva dentro de un barco con mucho personal, pero sin un rumbo fijo. Un barco cargado de un peso acumulado siempre en el mismo lado que terminara, por mucho que quieran aguantar el equilibro sin que se nota esa desconpesacion, hundido. 
Me duele mi ciudad, pero si os digo la verdad, y a pesar de ser consciente de la grave situación a la que nos ha llevado Puigdemont, me duele más ver tantas banderas en las ventanas de los edificios, que carteles exigiendo derechos. 

sábado, 21 de octubre de 2017

Derecho versus Legalidad


La gente tiene que entender que infligir una Ley no es que no esté permitido, es que eso trae sus consecuencias. 
Ni en España se detiene a quienes defienden una idea política, ni en Ceuta se tiene que dar casas a quienes usurpan una propiedad privada. 
Quienes defiendan estas posturas y hablan de presos políticos o  familias necesitadas que han sido puestas en la calle, están vulnerando claramente el sentido democrático de un Estado donde las libertades no se ponen en duda, mucho menos el poder judicial. 
Puede que estemos de acuerdo o no con muchas resoluciones, pero es nuestro deber respetarlas, más si cabe si tenemos aspiraciones de Gobierno. 

Esto no quiere decir, como ya me habéis escuchado otras veces, que las personas deban y quieran luchar por sus derechos, pero dentro de la Constitución
Esto no quiere decir, como me habéis escuchado otras veces, que las personas no deban reivindicar políticas más justas, unas políticas que, evidentemente, no siempre se practican. Pero luchar por una idea no te da potestad para alterar el orden público. Luchar por un techo no te da potestad para ocupar una casa que no es tuya. 
Y quizás, el tema de debate sea Cataluña, más bien el chantaje de Puigdemont y de cómo usa éste Cataluña. Quizás, el tema de debate sea si el 155, que había que aplicar, ha sido extremadamente duro o no. 
Pero aquí, en Ceuta, hay otro tipo de chantaje. 
Y no, no es ético usar a unos niños de escudo en la puerta del Ayuntamiento  y hacerlos cómplices de un delito.
En esta ciudad  hay gente con cargos en la cárcel por corrupción con el tema de las viviendas, políticos imputados, pero esta condena no es directamente proporcional a la permisividad que debamos tener con los okupas. 
En Cataluña hay gente que quiere tener derecho a decidir y a votar en un referéndum pactado, pero esta falta de oportunidad que le brindamos, según ellos, no es directamente proporcional a la aceptación del golpe de Estado que se produzco en el Parlament. 
España no es Turquía, como ha dicho Rufián, ni Ceuta una ciudad sin alma. 
Entender un motivo no avala su justificación.
Por eso, en esta turbulenta exaltación de populismo y extremismo, la mesura es la base del puente hacia la recuperación. 
Una recuperación que pasa por restaurar  la legalidad y a partir de ahí, como no puede ser de otra manera, iniciar los trámites donde todos y todas no sintamos partes de un proyecto común, pero un proyecto sin ningún tipo de imposición ni populismo . 
Una recuperación que pasa por restaurar  la legalidad y a partir de ahí, como no puede ser de otra manera, iniciar los trámites donde todos y todas no sintamos partes de un estado social, donde las necesidades básicas sean debidamente cubiertas. 
Cataluña y Ceuta. 
Dos problemas distintos dentro de un mismo  paradigma, la sensatez de responsabilidad. 
Salirse de esa línea es provocar, y tanto allí como aquí hay muchos que ganan con ello

viernes, 13 de octubre de 2017

Ante el chantaje no hay diálogo, que no es lo mismo que negarse a ello.

Tras el circo, la falta de respeto a las instituciones. Tras jugar con el sentimiento de quienes sí han creido que votaban algo. Después del golpe tremendo a la democracia y de usar a las personas para que se enfrenten entre si. Después de provocar a los cuerpos y fuerzas de seguridad y de estirar tanto la cuerda hasta provocar, también, la mayor crisis institucional de la historia. Después de todo eso, es evidente que se necesita una respuesta contundente, sería y responsable hacia esta declaración de independencia en diferido y a plazos. 
En política no vale la cobardía. 
Por eso, estoy sumamente identificada con la actitud que ha asumido mi partido, que no es más que la de apoyar al Estado de derecho, a la Ley  y, por tanto, al Gobierno. 
¿ Que estamos en un mejor escenario que hace unos días? Si.
Pero que no nos digan que Puigdemont ha tendido el brazo para el diálogo, porque eso hubiera sido si no se hubiera celebrado el pleno del día 10. Eso sería si él hubiera reconocido el error del referéndum ilegal. Pero no, dio por bueno el resultado y el cómo se llegó hasta ahi. Es decir, avaló el golpe en el Parlament, declaró la república independiente para suspenderla después de manera inmediata, con el único objetivo de continuar con el chantaje, con el teatro, con la mentira, con la manipulación. 
Y ahora, los puros izquierdistas, esos que hablan de diálogo cuando no fueron capaces ni de sentarse en una mesa para negociar en una investidura. Esos que a cada paso que dan es una bofetada hacia el PSOE. Esos que confunden mediación con sometimiento. Esos, sí, Podemos, que lo que pretenden es darnos lecciones de democracia, lo que tienen que hacer es más fácil que todo eso. Tienen que decidirse si están con la Ley y la Constitución, o con quienes quieren quebrantarla.
Hablemos, si, pero este diálogo no se podrá hacer hasta que no volvamos al punto de partida, hasta que no nos situemos de nuevo dentro del marco legal.
El 155 no es la solución, pero sí es el freno a este abismo al precipicio. El futuro dependerá del presente y de cómo demos respuestas políticas a problemas políticos. Y aplicar la Constitución es política. 
Los grandes partidos lo están haciendo. Luego vendrá la reforma de la Constitución, pero una reforma que no debe de centrarse exclusivamente en el conflicto catalán sino en la igualdad territorial. El federalismo es la solución. El encaje territorial como un todo donde se respeten las singularidades y donde no existan diferencias. Esa es mi patria, la de los derechos sociales y la igualdad. 
Como decía Javier Fernández, " nadie es la Patria, ni siquiera los símbolos. ¿ Nosotros qué somos? Yo no soy patriota, yo solo soy español por los cuatro costados. Yo no tengo emoción por España, pero tengo pasión española, por sus problemas, por su gente, por su futuro. Contra las identidades prefabricadas, contra el mirar para el ombligo, contra denigrar lo ajeno.  Contra el ridículo entusiasmo por las fronteras. A favor de los hombres y de las mujeres libres e iguales. A favor del europeísmo, del federalismo, de lo universal, porque eso siempre ha sido la bandera de la izquierda" 

viernes, 6 de octubre de 2017

EL PSOE DE CEUTA NO ES, ES MANUEL HERNÁNDEZ

Hace tiempo que vengo arrastrando un sinsabor prolongado, un nudo interno que me aprieta hasta unos límites imposibles de describir. La vida me ha ido quitando oportunidades, que al final eran aciertos y caminos que se me abrían para hacer algo mejor, o simplemente aprender de la experiencia. Hace unos meses tuve que decidir qué proyecto intentar, sobre qué luchar. Y en esta decisión estuvo no participar en un proyecto político fuera de Ceuta, así como no presentarme a las primarias para la Secretaria Genera aquí, en esta tierra. En esta decisión estuvo la idea de asumir la dirección de mi colegio, así que me propuse, y en eso estoy, ser la directora del colegio de Educación Especial San Antonio. Un reto impresionante, en el que me acompañan grandes profesionales, grandes compañeras y, sobre todo, grandes amigas. 
En esta aventura me influyó Eduardo Madina mucho, a quien le pedí consejo y al quien le estoy enormemente agradecida. Así que, lejos de esa batalla que me propusieron en otras tierras, y lejos de querer asumir un intento de participación en una etapa que no comparto, me propuse olvidar un poco la política, esa que me hace daño cuando veo a tanta gente sin escrúpulos y sin sangre en las venas que les hagan realmente rebelarse ante lo que es justo o no. 
Hace unos días una persona me dijo que no abandonara el barco, y a pesar de los choques de trenes, jamás hubiera pensado llegar a ese extremo, pero sí evadirme del poder de quienes se creen más dueños de la venganza, que de la construcción. De quienes se creen más dueños de la avaricia, que del sentido común. De quienes confunden lealtad con sumisión y anulación. 
Manuel Hernández es el vivo ejemplo de cómo las personas manchan las siglas. 
Ahora hay algo que, al igual que hizo levantar en mí la crispación de cómo quiso formar su ejecutiva, hace que vuelva a tener la necesidad de gritar en este espacio, el mismo espacio que se nos niega internamente. Hay que ser muy ruin para despedir a dos trabajadores, como ya lo hizo hace dos años con un tercero. La excusa de que son cargos de confianza no me vale, primero porque si no fueran cargos de confianza no se hubiera aprovechado de ellos para preparar su Congreso. Y segundo, porque como mínimo se lo tendría que haber dicho,  a ellos dos, quince días antes, tal y como vienen en muchos convenios. 
En la calle, y sin una muestra de un mínimo de reconocimiento, ha dejado a dos personas que han contribuido a este partido de una manera digna. 
No, un socialista podrá gustar más o menos. Un socialista podrá actuar mejor o peor según los estatutos, pero un socialista jamás dañaría los derechos de un trabajador. 
Quizás haya que recordarle a Manuel Hernández que si él es diputado, y tenemos un cargo de confianza más dentro del partido, el de la vicepresidencia, es gracias al trabajo que se desarrolló en una etapa anterior de la cual no participó, salvo para destacar sus grandes ausencias y enormes silencios. 
Si tan valiente es, hubiera sido más ético esperar a una próxima legislatura. Pero no, hay que seguir pisando a todo el mundo que le puede hacer sombra o no le sacude la chaqueta. 
Despierten.