jueves, 30 de mayo de 2019

SOY FEMINISTA Y CONDENO CUANDO MATAN A UN HOMBRE, LO QUE JAMÁS HARÁ UN MACHISTA CUANDO ASESINAN A UNA MUJER

Para que quede claro, y no haya lugar a dudas, lo voy a explicar de la manera más sencilla y clara posible. De esta forma se evita una mala interpretación o una evidente manipulación.
Soy feminista, es decir, lucho por la igualdad. Quiero que los hombres y las mujeres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades. 
Soy feminista porque quiero que una mujer no sea discriminada por ser mujer. 
Y lejos de volver a repetir los datos que evidencian esa desigualdad, voy a lanzar otra afirmación, no odio a los hombres. Me fascinan los hombres. Admiro a los hombres, como admiro a una mujer. 
Así que, para esas personas necias e ignorantes, algunas consecuentes con lo que dicen al pretender desviar una lacra social, como es la palpable realidad que envuelve el terrorismo machista que se ha llevado a casi 1000 mujeres desde el 2003, fecha en la que se empezó a contabilizar mediante las estadísticas, voy a decir otra afirmación. Ser feminista no significa no condenar el asesinato de una mujer hacia un hombre. 
Las feministas condenamos la violencia doméstica de la misma manera que condenamos la violencia de género. Las feministas lamentamos la muerte de este hombre de Ceuta a manos de su mujer y no lo justificamos por nada del mundo. 
Las feministas queremos que se haga justicia, pero es que las feministas sí sabemos ser objetivas sin inventar falacias que lo único que buscan es seguir perpetuando un machismo que se ha llevado a más víctimas que la banda terrorista de ETA. 
El Código Penal es igual para todo el mundo. El hombre y la mujer son condenados por igual cuando cometen un asesinato. Decir que no es mentir de una manera muy ruin. Tener una Ley integral contra la Violencia de Género,  que es la violencia que se ejerce contra la mujer por ser mujer, es necesaria para compensar la desigualdad. Nos ayuda a denunciar. Quitarla lo único que hará es que las mujeres estemos más desprotegidas y no hará que la violencia doméstica, que es la violencia que se ejerce dentro del hogar, deje de existir. 
En el año 2008, el Tribunal Constitucional sentenció que la Ley Integral contra la violencia de género es constitucional. Dictaminó que la ley no vulnera el derecho a la igualdad entre mujeres y hombres, sino que es una respuesta adecuada para cambiar una situación de desigualdad de siglos que provoca que algunos hombres consideren a las mujeres como inferiores y ejerzan la violencia sobre ellas.
El 30 por ciento de los delitos de homicidio y asesinato de hombres en el ámbito de su pareja, fueron asesinados por hombres. Las estadísticas recogidas desde 2008 hasta la actualidad recogen un total de 554 asesinadas (88 por ciento) y 67 asesinados (12 por ciento). Los datos del segundo trimestre de este año relativos a condenas por violencia de género dejan un 98,9 por ciento de hombres condenados frente a un 1,1 por ciento de mujeres condenadas.
Dicho esto, ¿realmente hay alguien que se atreva a comparar los asesinatos cometidos contra las mujeres, o el maltrato que reciben de manera diaria, con las muertes de los hombres? 
Sí, las personas machistas. El patriarcado. La inmoralidad y la irresponsabilidad. 
Es como decir que también los blancos eran esclavos. 
Sensatez. 

sábado, 11 de mayo de 2019

¿VERDAD RUBALCABA?

Gracias Rubalcaba, gracias no únicamente por todas las cosa que hiciste en política, sino también gracias por enseñarnos que este mundo merece la pena, que aunque los líderes de ahora están más preocupados en mantenerse que en servir, en el marketing antes que en las ideas, en la confrontación y manipulación, por encima de la verdad y los principios, aún hay esperanza para quienes hemos decidido alejarnos de la política, no del partido, hasta que la razón y la ética acaben de nuevo dominando al ego y al narcisismo. 
He contado muchas veces que me afilié gracias a Zapatero. Y lo hice cuando perdimos el Gobierno, porque creo que es cuando más nos tenemos que acercar, en las derrotas se palpa a quienes no están por el interés. Pero también quiero contar que contigo viví mi primer Congreso. No eras mi candidato, pues aposté por Chacón, pero ese día pude ser testigo de la fraternidad que siempre ha existido en el PSOE. Tras ganar, tanto quienes apoyábamos a ella como quienes apostaban por ti, arrimamos el hombro a una para seguir construyendo puentes, conquistando cimas de derechos y libertades. Ahora estáis juntos de nuevo. 
Y aprendí, aprendí de tus lecciones, de tu sabiduría, de tu sentido de Estado, ese sentido que me ha llevado siempre a saber que España está por encima de cualquier cuestión partidista. La España del consenso, del diálogo y los acuerdos. Esa es la política que me gusta, la que me representa. La política que me hace saber que aún sí sigue existiendo derecha e izquierda, pero que no podemos caer en el error del fanatismo y el infantilismo, es decir, en el error que nos hizo romper el partido en dos cuando tú dejaste la Secretaria General. 
Y también aprendí que el rencor no tiene cabida en la política, mucho menos la avaricia y el poder por el poder. 
Siempre he dicho que tú fuiste quien le otorgó la importancia que tiene la secretaria de igualdad en la ejecutiva. Reuniones casi quincenales, algo que no gustaba a todo el mundo, pero que sembró la semilla para que ahora nadie se atreva a desdibujar ese paso hacia el feminismo como ideario del socialismo. 
Hay una generación que ha ganado contigo, que ha caminado a tu lado en los mejores momentos. Pero ahora existe otra generación que perdemos con tu marcha, yo me considero de esa generación huérfana que percibe que a veces nos hemos alejado de nuestra identidad, aunque  de nuevo estemos en el camino. 
Y ahora espero que quienes te han añorado sepan calar ese discurso tuyo, ese al que hacías referencia cuando recordabas que "el PSOE debe ser un partido que dice siempre lo que piensa, que piensa lo que dice y que cumple lo que promete. Que hemos de ser siempre coherentes, pero nunca dogmáticos. Que tenemos que ser honestos y austeros. Recalcaste que tenemos que subordinar los intereses personales a los intereses del partido. Y el interés del partido, al interés general. Los socialistas somos la izquierda que quiere gobernar y que no limita su acción política únicamente a protestar, que sabe que no nos volverán a votar por lo que ya hicimos sino por lo que seamos capaces de proponer para el futuro. 
Los socialistas tenemos que ser leales, antes que nada con nuestros compañeros. Nadie sobra. Nos hiciste ver que nuestra relación con el poder es una difícil tarea para la izquierda, porque muchas veces no se entiende. Tenemos que alcanzar el poder para transformar, para buscar la igualdad y la justicia. Tenemos que llegar al poder para dárselo a quienes no tienen otro poder que el que les da la democracia. Para eso queremos el poder.
En resumen, coherencia, trabajo, lealtad, defender siempre los intereses generales, austeridad y honestidad, mucho trabajo, innovación y lealtad".  Él tenía el convencimiento de que el olvido de uno solo de esos principios traería  muy malas consecuencias, que es algo que la ciudadanía no perdonaría. Y no lo haría porque a la izquierda se le debe medir por la calidad de su proyecto político, por la fortaleza de su liderazgo, pero sobre todo por el respeto a sus principios y a sus valores, por su ejemplaridad. Seamos ejemplares. 
Y termino recordando que el voto no se compra con falsas promesas y actitudes mercenarias, el voto se gana con honestidad, por derecho propio. 
¿Verdad Rubalcaba?