Cuando entré en el mundo de la política lo
hice bajo el convencimiento más profundo de que a través de ella se pueden
cambiar las cosas. Yo, como muchas de las personas que me rodean, no vivo de la
política, la política es parte de mi vida y es a ella a quien le tengo que dar
las gracias por hacerme sentir mejor persona, por afianzar mis principios, mis
valores y mis ideas . Entiendo la política como instrumento de cambio y
herramienta de servicio hacia la sociedad, hacia su gente, por eso no comparto
la individualidad, el egoísmo, y el sentimiento de propiedad que le invade a
personas que anteponen las siglas de un partido al beneficio común, compartido,
y ajeno.
El pasado jueves 13 de noviembre, en la Plaza
de los Reyes, volvimos a vivir un acontecimiento inaudito, emocionante y
atrevido. La Rueda de Hombres contra la
Violencia de Género simboliza la clave en la lucha contra el maltrato y la Violencia
de Género. La Rueda de Hombres, a la que también nos sumamos las mujeres, alude
a la necesidad de llevar a cabo un Pacto contra el Terrorismo Machista, un
pacto donde tienen que estar incluidas todas las personas que, directa o
indirectamente, tienen un papel activo en la erradicación de la Violencia de
Género, bien porque son quienes ejecutan los Protocolos de Actuación
Policiales, Jurídicos, Sociales, Educativos, o Sanitarios, bien porque
pertenecen a los medios de comunicación y pueden ejercer una gran labor de
información y sensibilización, o bien porque son personas relevantes del mundo
de la cultural o del deporte y pueden convertirse en vías directas para la
difusión de la igualdad. Pero sobre todo, y lo más importante, es una rueda que
incluyen personas que tienen el poder de actuar, influir, invertir, proponer, y
mediar para que la Ley Integral contra la Violencia de Género funcione
eficazmente.
Claro que tenemos cosas que reivindicar al
Partido Popular, pero también hay momentos donde la suma de las partes es mejor
que las partes sueltas. Como dije en
aquel momento, hay días para criticar, exigir, reivindicar, instar, pero también
hay días para la unidad, y el 13 de noviembre era uno de esos días.
Desde aquí aprovecho para dar las gracias a
quienes no dudaron en acercarse a la Plaza de los Reyes y dar forma a la rueda
que algunos, haciendo uso de una falta de empatía impresionante, llamaron “corro de la patata”.
Gracias a la implicación de la Delegación del
Gobierno, Directores Provinciales, al Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, a la Asociación
de la Prensa de Ceuta, a Policías, Bomberos, a la Cruz Roja, a las distintas
asociaciones, a las personas que por iniciativa propia decidieron acercarse a
compartir con nosotros este gesto, gracias a la Vicepresidenta Primera de la
Asamblea de la Ciudad, a la Consejera Mabel por disculpar su falta de
asistencia, gracias a Ramón Arias Madrid, pero sobre todo gracias al PSOE de
Ceuta por hacerme cómplice de esta oportunidad de cambio y forma de hacer algunas
cosas.
Gracias al
Delegado del Gobierno por referirse públicamente y dar valor, en el día que se
presentó el corto contra la Violencia de Género del Instituto “Clara Campoamor”,
a la Rueda de Hombres. Gracias por su carta. Pero también quiero lamentar la
ausencia de otros partidos políticos y de las restantes Consejerías de la
Ciudad, quiero lamentar la ausencia y la falta de disculpas del Presidente de
la Ciudad porque no es a mí o a mi partido a quienes hacen el vacío y explico
el por qué.
Justo meses
antes de entrar en el PSOE monté, junto a otras personas, una asociación
feminista en Ceuta, Búscome. La asociación promovía los valores de igualdad y
justicia social, centrándose en la Violencia de Género. Durante esos meses
imploré varias veces la deserción de la Violencia de Género en la agenda
política. Es duro ver a diario la impotencia de una mujer anclada en el ciclo
de la violencia y duele, duele mucho observar la pasividad de quienes tienen el
poder y el control para, al menos, intentar mejorar las cosas. Nos hemos
acostumbrado a normalizar ciertas conductas que no deberían quedar impunes y
nos hemos viciado en el discurso machista de las denuncias falsas, en la
expresión “no es para tanto, yo no puedo hacer nada, o ella sabrá porque se lo
ha buscado”.
Hace tiempo escribían esto “porque cuando
una es víctima de la violencia machista no lo es solo por parte de la pareja
agresora, lo es también por la indiferencia de una sociedad que permanece
impasible, que calla, que aguanta, que soporta, que permite, que acepta y hasta
normaliza conductas y hechos que minimizan o invisibilizan a la mujer. Pero lo
es también por quedar a merced de unas instituciones que no siempre actúan
conforme a lo esperado salvando cada 25 de noviembre como pueden o como saben, pero
muchas veces carentes de un auténtico compromiso, sin visos de una
responsabilidad real y de concienciación”, y la hice mía, fue uno de mis
primeros objetivos en el PSOE de Ceuta. Así que, paremos de buscar intereses personales y políticos
con la Violencia de Género y hagamos de verdad una mesa donde todos y todas exijamos
acabar con el machismo, eso sí, sin renunciar a la crítica cuando algo no sale
según lo deseado, esperado o necesario .