jueves, 12 de noviembre de 2020

La vuelta al cole

 Hacia tiempo que quería desnudar mi silencio momentáneo para hablar de educación, de compromiso, de respeto y de trabajo común. 

Antes de centrarme en el nuevo curso escolar, quisiera romper una lanza hacia todo el colectivo docente que supo adaptarse en horas a las nuevas circunstancias que exigían reinventarse y adentrarse en el mundo digital y en el teletrabajo. Eso hizo que conociéramos más a nuestro alumnado, porque ya no era únicamente enseñar, era escuchar, estar las 24 horas detrás de un soporte para hablar, reír, llorar, animar. Supuso un enriquecimiento individual y profesional, un reto que jamás nos hubiéramos planteado sin el COVID-19. 
Pero también trajo la realidad, es decir, la visualización de la desigualdad y la brecha digital. El alumnado no respondía en igualdad de condiciones por muchos motivos, algo que confirmó que la educación tiene y debe de ser, salvo que Sanidad confirme lo contrario, presencial. 
Y en eso estamos. Llevamos tiempo trabajando en los Planes de Contingencia. No hemos parado. Llamadas, reuniones, lecturas, consultas, debates, asesoramiento, análisis, es decir, llevamos meses diseñando el escenario idóneo para una vuelta segura y eficaz. 
¿Realmente piensa la gente que vamos a improvisar? 
¿Realmente creen las personas analistas virtuales que cada decisión se ha tomado al azar? 
No paro de leer opiniones que, lejos de ayudar, hacen alarmar a las familias. Opiniones que crean malestar y que sitúan en el abismo a todos los Equipos Directivos que están ajustando los planes a la realidad de cada centro. 
Cada colegio e instituto ha diseñado su propio modelo. Un modelo que a su vez ha sido entregado a Prevención de Riesgos Laborales, a la Secretaria General y a Sanidad.  
Se están mimando todos los detalles y en estos momentos a la Dirección Provincial no se le puede poner ningún pero. Tampoco al INGESA, institución que nos ha tendido la mano, durante una fructífera reunión de trabajo, en esta enorme responsabilidad. 
Y claro que tenemos miedo, por mucho que creamos que lo tenemos todo controlado. Un miedo que se ve agravado cuando quienes tienen que impulsar la mano al estar en el mismo barco, se dedican a crispar el ambiente desde el más profundo desconocimiento hacia lo que se está fraguando. 
Pero claro, ¿qué se puede pedir de quien ironiza sobre la idea de si en tres o cuatro horas, si en días alternos, el alumnado no se contagia? ¿Saben la justificación de programarlo así? No. Porque si lo supieran no caerían en el ridículo de enfocar el argumento en el contagio y no en la contingencia y en el bloqueo, que es lo que salva vidas, no el aumento del personal, por muy necesario que éste sea y facilite el plan. 
Estamos ante un curso extraordinario que se requieren medidas extraordinarias. Todo va a cambiar porque tenemos una prioridad, que es no colapsar el Hospital. Evitar los brotes y en el caso que ocurra alguno, porque puede ocurrir, que éste se encuentre controlado y no haya que confinar a un colegio entero. Por eso creo que hay que tener especial cuidado con las aulas de conciliación. ¿ De qué sirve un aula burbuja si luego los niños y las niñas se van a mezclar y juntar con otros grupos en el momento que salgan de la organización escolar? Y lo dice una persona que dedica parte de su vida a la igualdad y a la lucha por la conciliación. Hay un error en la política de conciliación, pues son los organismos públicos y las empresas quienes tienen que facilitar y flexibilizar los horarios a sus trabajadoras y trabajadores. Y de este asunto poco he escuchado. Hay un enorme retraso en los planes de igualdad y es ahora cuando se tiene que vertebrarse una coordinación que no ponga el punto de mira en exclusividad en los centros educativos.  
Sigamos. 
¿De qué sirve un Plan de Contingencia si al salir del colegio hacemos una vida normal y nos olvidamos de las medidas preventivas al juntarnos a menos de medio metro sin mascarilla? ¿ O es que en la playa, en los viajes o en los bares no existe el virus? 
Así que pido sensatez, cordura, confianza. 
Si de verdad se quiere aportar, y se está preocupado por el curso escolar, es mejor llamar y preguntar “¿ qué hace falta, cómo lo lleváis?” 
El resto es hacer tambalear los cimientos. 
Por cierto, ni los Equipos Directivos ni quienes tienen la responsabilidad máxima de todos los colegios iniciarán nada sin garantías. Lo único que espero es que la Ciudad no destine el dinero que ha recibido del Gobierno Central para educación en otra cosa y sí en material sanitario preventivo y en el refuerzo de la desinfección. 
Y termino dándole a los Equipos Directivos de Ceuta mi enhorabuena. Estáis a píe del cañón, en primera línea. Han sido unos meses duros, quizás los peores que se hayan vivido y ahora, tras un breve respiro, queda la batalla final: organización, prevención, reestructuración de los recursos y adaptación del currículo y su metodología. 
¿Por qué? 
Porque como decía John Dewey 
"La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma". 


miércoles, 1 de enero de 2020

LO DE VOX YA NO ES CUESTIÓN DE INHUMANIDAD, SINO DE IGNORANCIA

Lo que se vivió en el pleno de aprobación inicial de los presupuestos fue una auténtica vergüenza, no únicamente por el complot misógino y xenófobo del Gobierno de la Ciudad con Vox, sino por la permisividad mantenida de “algunas“ personas hacia quien echaba espuma por la boca cada vez que decía la palabra socialista o progresista. 
El portavoz de Vox no únicamente llamó crimínales y volvió a mentir sobre la política de pactos del PSOE a nivel nacional, sino que se congratuló de querer eliminar las partidas del Consejo de la Juventud únicamente porque, según él, quienes promueven sus acciones son “comunistas”. Para que me entendáis, una persecución política en toda regla. 
A Vox le escuece las entidades que trabajan con la inmigración, con las personas desfavorecidas y con las mujeres, pero más le duele si quienes trabajan en estos ámbitos son “rojos”. El discurso que dio Vox el lunes fue para enmarcar dentro de las intervenciones más incendiarias y mezquinas de los últimos años. 
La ética de la política del Gobierno ha desaparecido. O existe una prostitución política por mantenerse en el sillón, o jamás se creyeron aquello que han estado trasmitiendo estos años acerca de la convivencia, la interculturalidad y la lucha contra la violencia de género. 
Chiringuitos de género, dicen. Llaman chiringuitos de género a entidades que promueven los valores de igualdad y buscan el fin del patriarcado. Entidades que forman en coeducación y atienden a mujeres en exclusión social y maltratadas. Asociaciones que deben presentar sus memorias y que están perfectamente fiscalizadas por intervención, como cualquier otra que recibe dinero público. 
Pero las otras dan igual. 
Y no únicamente la Ciudad se rindió a la supresión de estos fondos, sino que se mantuvo inerte cuando, desde el atril, Vox afirmó que iba a enmendar más partidas del área de la mujer o que no iban e existe más seminarios como el de igualdad de género celebrado recientemente. Y digo yo, ¿ mintió Javier Guerrero en la inauguración de dicho seminario, el Consejero, cuando afirmó que iba a poner todo su empeño en la lucha contra el machismo? Posiblemente sí. 
Vivimos en una farsa. 
¿Por qué? 
Porque con este recorte que pretende hacer Vox no se subsana la economía de Ceuta, por la sencilla razón de que estas partidas son mínimas en comparación con otras subvenciones o asignaciones. De lo que se trata es de aniquilar por ideología, por inhumanidad y por poder patriarcal. 
Eso sí, la responsabilidad en exclusiva no es de Vox. La responsabilidad mayor la tiene Vivas al no darse cuenta, o no querer entender, que negar la violencia de género y, por tanto, desmentir que exista una posición desigual entre el hombre y la mujer, es mantener esa posición y reforzar al maltratador, el cual se siente inmune. A Vivas se le ha olvidado el Pacto Nacional contra el terrorismo machista.
Y no es que esta Ciudad haya abanderado las políticas de igualdad, puesto que puedo detallar la inacción de todos estos años, pero al menos mantenía la decencia moral de defenderlas.
Y no quiero acabar sin mostrar todo mi apoyo a Enfermos Sin Fronteras y a Cardijn. Anular las ayudas que reciben ya no es cuestión únicamente de crueldad, sino de ignorancia.
Y lo que queda por venir. 

domingo, 8 de diciembre de 2019

LAS MUJERES COMO SUJETOS CONSTITUCIONALES


Se habla mucho de la Constitución, pero son pocas las personas que la respetan y muchas las que la usan según el momento, el antojo o la conveniencia. Pero no voy a mencionar a esa parte de la población, ahora reflejada en un partido político, que actúa bajo el prisma de la involución antidemocrática. Lo que hoy voy a evidenciar, además de volver a recalcar mi profunda admiración por una época constituyente y transformadora, que supo poner orden a la sinrazón, por medio del diálogo y el entendimiento mutuo, es el deber de dar lugar y espacio a las mujeres. 
Necesitamos adaptar la Constitución a los nuevos tiempos, dando mayor firmeza a nuestro sistema político, solucionando los problemas territoriales, apostando por un sustento electoral más justo y brindando la transparencia y los derechos sociales. 
Muchas de las grandes complicaciones que tenemos hoy en el Congreso, así como los problemas y desajustes de sociedad, encontrarían un camino con la reforma de la Constitución, tan nombrada y debatida, pero nunca afrontada y analizada con la suficiente solvencia política que demanda la actualidad. Eso sí, ese proceso constituyente tiene que ser valiente  e incompatible con cualquier vestigio patriarcal. 
Para poner un poco de antecedente, la carta magna cita únicamente dos veces a las mujeres, en el artículo 32, derecho a contraer matrimonio, y en el artículo 57, al establecer la prelación del hombre sobre la mujer en el acceso a la jefatura del Estado. El principio de igualdad entre hombres y mujeres del artículo 14 se complementa con el artículo 35, que habla del derecho al trabajo, a la remuneración y a la promoción, con expresa referencia de la discriminación por razón de sexo. No hay nada más porque en 1978 la igualdad respecto a los hombres se daba por hecha, evidentemente nada más lejos de la realidad, puesto que la Constitución en sí era una enmienda a la totalidad del propio artículo 14. De ahí que nuestras compañeras feministas de la época lo recalcaran. 
Ahora se lo debemos a ellas, no únicamente a las constituyentes, sino a todas las organizaciones que se manifestaron para que se las tuvieran en cuenta, puesto que los debates acalorados de entonces estaban dedicados mayoritariamente a la identidad territorial, a la forma del Estado y a las libertades civiles. Y era impensable que en aquella época alguien creyera en la igualdad de género como un derecho incuestionable a consagrar. 
Por eso, ahora es el momento. Sé que el Congreso está demasiado polarizado e inestable para llevar a cabo grandes reformas políticas, pero si hay un resquicio para tocar la Constitución hay que introducir fórmulas más concretas para la plena igualdad entre los hombres y las mujeres. Hay que hacer justicia a la discriminación histórica que siempre nos ha encharcado y arriado.
Pero no únicamente hay que hacerlo por decencia y por la deuda del pasado, hay que hacerlo porque la desigualdad que padecen las mujeres sigue siendo profunda en el mundo laboral, en el reparto de las responsabilidades y los cuidados familiares, o en su grado extremo, en los asesinatos machistas.
Por tanto, hagamos una Constitución feminista desde la perspectiva de género, que incluya el principio de paridad democrática en todos los procesos y órganos decisorios. Que hable del derecho a la educación y la obligatoriedad de incorporar una materia de igualdad. Una Constitución que asegure los derechos sexuales y reproductivos, la protección laboral y salarial, y el derecho a una vida libre de violencia de género. 
Y, sobre todo, que dejen de estar vetados los debates sobre la monarquía y la iglesia Católica. 
El pasado, el presente y el futuro reflejados en el feminismo. Y si existe alguien a quien le chirríe este concepto, es que no sabe lo que es o tiene miedo a la pérdida de privilegios. 
“ El feminismo es un conjunto heterogéneo de movimientos políticos, culturales, económicos y sociales que tiene como objetivo la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y eliminar la dominación y violencia de los varones sobre las mujeres y​ de los roles sociales según el género , ​ además de una teoría social y política. La influencia del feminismo ha conseguido cambios en ámbitos como el derecho a la educación, el voto de la mujer, el derecho al trabajo, o los derechos reproductivos, entre muchos otros”. ( Wikipedia) 
Vg

viernes, 29 de noviembre de 2019

LA VIOLENCIA NO TIENE GÉNERO, PERO EL GÉNERO SÍ TIENE VIOLENCIA

Ahora que ha pasado el tiempo y he podido reflexionar sobre los últimos acontecimientos, puedo dar fe de que Ceuta ha despertado al movimiento machista y patriarcal. A día de hoy se nos puede acribillar de insultos y amenazas, que no pasa nada. Hoy por hoy se puede sembrar el discurso del odio contra quienes defendemos el feminismo y quedar inmune, cuando ni siquiera saben lo que es el feminismo. 
Por suerte o por desgracia sé lo que es la violencia de género, por vivencias, pero también por formación. Por respeto, el mismo que no han tenido conmigo, no voy a dar mis argumentos sobre unos hechos concretos que bien merecen un análisis más profundo, más que un perdón, que también, pero no disfrazado del misógino más reaccionario. No escondido detrás del discurso falaz de las denuncias falsas y la criminalización sobre las mujeres, como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia. 
Quizás, si a la gente le diera por preocuparse y ocuparse de una de las mayores lacras de la sociedad, no existiría la mínima duda sobre la violencia de género, una violencia que consiguió tener el respaldo estatal hasta que llegó Vox. Hasta el momento nadie se atrevió a poner en duda la existencia de una violencia sistemática y estructural contra las mujeres, por el hecho de ser mujeres. Hasta el momento nadie se había  atrevido a no secundar las declaraciones institucionales y a romper el consenso de unidad contra el terrorismo machista, hasta que llegó la ultraderecha. Y no les culpo a ellos, culpo a los partidos que tienen la oportunidad de hacerles un frente común y lo blanquean, culpo a quienes dan alas a sus ideas y a quienes no han sabido desmontar cada una de sus mentiras. 
La Fiscalía abrió 14 investigaciones por supuestas denuncias falsas durante todo el año 2018, lo que suponen un 0,0083% del total de las 166.961 denuncias que se presentaron el año pasado, según se desprende de la Memoria de la Fiscalía General del Estado del año 2018. 
Desde el año 2009 se han registrado un total de 97 condenas por denuncia falsa, lo que supone un media del 0,0069% sobre el total. 
Las víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de año hasta noviembre de 2019  ascienden a 52, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Un total de 38.619 mujeres aparecen como víctimas de violencia de género en las 40.319 denuncias presentadas en los órganos judiciales durante el primer trimestre de 2019, según los datos proporcionados por el Servicio de Estadística del CGPJ.
Durante el primer trimestre del año se solicitaron 10.922 órdenes de protección, incrementándose así la cifra de 10.455 órdenes solicitadas en el mismo periodo de tiempo del año anterior. Durante el primer trimestre de 2019, los órganos judiciales españoles dictaron un total de 13.187 sentencias penales en el ámbito de la violencia de género, de las que el 68,6 por ciento (9.043) fueron condenatorias, lo que supone un incremento de 0,1 puntos respecto a las sentencias condenatorias dictadas en el mismo trimestre de 2017, que representaron  un 68,5 por ciento del total.
Y podría seguir dando datos y cifras, pero prefiero instar a ese partido que se proclama defensor unilateral de la unidad territorial a que ponga en valor a lo organismos estatales a los que se debe, y que deje de cacarear los mitos falsos que esconden una mentalidad retrógrada y algo primitiva. 
Que nos castiguen voceros con miedo a perder sus privilegios, a través de palabras y estadísticas inventadas es soportable, pero que éstas sean avaladas por un partido que se dice que es constitucional, mientras anuncia sin pudor medidas antidemocráticas o desmonta a todo un Poder Judicial, es para hacérnoslo mirar como sociedad. 
La violencia no tiene género, pero el género por supuesto que tiene violencia. Y se llama así, violencia de género, porque es la que se ejerce contra la mujer por ser mujer. Es el extremo de la desigualdad. Es la última vertiente del poder . Negar esta realidad es dar invisibilidad a un problema, es ocultar la historia del feminismo y cómo las mujeres han ido adquiriendo derechos. Es no querer acabar con él, con el patriarcado. Es absurdo negar una realidad concreta con una generalidad. Pongamos que alguien dice que el Sida, hoy que se celebra su Día Mundial, es una terrible enfermedad a la que hay que combatir,  y es contestado con la afirmación de que todas las enfermedades son malas. ¿ A que nunca os habéis visto en esa tesitura? Evidentemente que no, y no lo habéis hecho porque no hay nadie que niegue la realidad de hacer frente a la lucha contra el sida, a través de investigación, la prevención y el tratamiento especializado. Hay interés real de acabar con esta enfermedad y ninguna mente humana pretende minimizarla y quitarle su importancia, aunque sepamos que existen otras enfermedades. ¿Por qué lo hacemos entonces cada vez que asesinan, violan, humillan, o  acosan a una mujer? ¿Por qué lo hacemos cada vez que pedimos igualdad salarial? ¿Por qué lo hacemos en el momento que exigimos cuotas de representación? ¿ Por qué lo hemos hecho el 25 de noviembre? 
Que no nos ganen la batalla, no permitamos caer en la trampa. Más de mil mujeres han perdido la vida a mano de sus parejas o ex parejas. O estás contra esta lucha sin matices ni peros, o estás  perpetuando la continuación de sus asesinatos. No hay más. Aquí no hay matices. 
Y defender esto no me hace ser insensible ni ajena al resto de violencia. No es una guerra de sexos, no es una lucha de mujeres contra hombres, es la batalla de mujeres y hombres, juntos, a favor de la igualdad real. 

viernes, 8 de noviembre de 2019

El fascismo ya está aquí. Tú lo puedes parar.

Bien sabe quienes me conocen que nunca estuve conforme con la repetición electoral. No hay justificación, así que no voy a perder estas líneas en marcar un argumento que ni yo misma me lo creo. Y no, tampoco voy a culpabilizar a otra fuerza política porque todos los partidos, todos, son responsables de la situación de bloqueo en la que nos encontramos. Nadie vota para que no exista un Gobierno, la gente vota para que quienes han decidido ocupar la primera línea política se entiendan, cedan, y lleguen a un punto común de acuerdo que permita mejorar la vida de la gente, que es el único fin por el que se deben de presentar a la política. Aclarado este punto y dando por hecho que la sociedad ya hizo los deberes al no dejar, ni en Ceuta ni a nivel general, que Vox pasara y que la derecha sumara el pasado mes de abril, toca volver a demostrar que tenemos mucha más responsabilidad que los que tienen que dialogar tras el 10 de noviembre
Llevo días preocupada, y lo estoy porque no concibo que un partido como Vox tenga cabida en las conversaciones de ciudadanas y ciudadanos que no esconden su xenofobia, su machismo y su fascismo. Y la culpa no es de Abascal y sus discípulos, no, la culpa es de aquellos partidos que han consentido gobernar con ellos. La culpa es de los que no han aprovechado la oportunidad para desmentir cada uno de los datos que han lazado y siguen bombardeando sin pudor y de una manera sumamente calculadora. Auténticos martillazos contra los tímpanos son los mitos falsos que vomitan los micrófonos de la ultraderecha. 
Además, saben hacerlo a través de la técnica de la serpiente envenenada que disfraza con sonrisa, pose y suavidad el rejón del odio. Pues no, ya está bien de tener complejos. Ya está bien de hacer creer que la Patria y la defensa de la unidad territorial  corresponden únicamente a quienes levantan el puño y empapelan los sitios con la bandera. Ya está bien de hacer creer que a la izquierda no le importa los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Ya está bien de manipular con el convencimiento de que la izquierda permite y favorece la inmigración irregular. Ya está bien de insistir en el hecho de que la izquierda antepone el independentismo al interés común por una cuestión partidista. Ya está bien de frivolizar con Bildu y hablar en nombre de las víctimas de ETA, como si el resto no hubiera sido perseguido o hubiera sufrido atentados. Ya está bien de mentir sobre la inmigración, de sembrar el miedo y el odio, y de jugar con la violencia de género. Ya está bien de aprovecharse del hartazgo de la gente, de sus necesidades y desesperación. Ya está bien de hablar en nombre de la justicia para reproducir mensajes sacados de la Falange y de traer el franquismo y la dictadura acaramelada otra vez a la actualidad. Ya está bien.
No es real que la sanidad de las personas inmigrantes cueste el dinero de las pensiones. No es real que la mayoría de las violaciones sean llevadas a cabo por inmigrantes. No es verdad que el hombre esté en desventaja sobre la mujer y no es verdad que hayamos removido el dolor a sacar a un dictador del Valle de los Caídos. No voy a dar los datos estadísticos porque entiendo que quienes estén leyendo estas líneas tienen la inteligencia suficiente para buscarlos personalmente y contrarrestar la información. No voy a seguir en el bucle de la desinformación, porque la única verdad que hay es que la inmigración ha enriquecido la economía del País. La única verdad que hay es que no son criminales y que a los criminales ya se les condenan. La única verdad que hay es que nuestras fronteras ya se defienden, que se combaten a las mafias y se trabaja para que la inmigración sea ordenada y regular. La única verdad que hay es que la Ley de Violencia de Género salva vidas. La única verdad que hay es la de la Constitución y la Justicia, pero no para usarla exclusivamente contra Cataluña para olvidarse luego, por ejemplo, de la Memoria Histórica o de las Autonomías de las regiones. 
Y en Ceuta, si queremos seguir disfrutando de la democracia y la libertad, y no queremos perder todos los derechos consagrados ni romper nuestra Convivencia, hay que volver a arrasar en las urnas.
El PSOE, con Pepe Simón a la cabeza, tiene la llave de la concordia y la igualdad. No únicamente porque es el único partido que puede frenar esta ola ultraderechista, sino porque su talante y humildad harán posible el entendimiento necesario para la estabilidad. Ha sido el único político que ha pedido perdón y ha reconocido el fracaso, y creo que no hay mayor valor para avanzar que ese. Y también por su trabajo. Un trabajo que no va de titulares sin valor de ejecución o promesas vacías, sino de realidad. Quienes estamos a su lado sabemos que Ceuta ha ocupado una posición prioritaria en la defensa de nuestra educación inclusiva, la igualdad  y la sanidad. Si esto no fuera así no lo diría, bien sabéis que llevo tiempo callada en política. Pero cuando hay que luchar por un ideario limpio y transparente, no hay desafección que lo impida. 
Y termino para decir que no me importa que me llamen la roja feminista. No me importa que se rían de nuestro buenismo y no me importa que me acusen de intolerante cuando pongo línea roja a Vox.  Y no me importa porque prefiero mil veces estar al lado de la lucha contra el patriarcado, del diálogo en Cataluña,  y de la defensa de los Derechos Humanos, que al lado de la inhumanidad y la bajeza moral de la superioridad de la raza y el género, que es lo que rotundamente destruye nuestra Patria. 
Mi patria son las personas, mi bandera los valores. 
Mis principios la dignidad, la libertad y la fraternidad, y éstos no tienen precio. 

martes, 13 de agosto de 2019

No es el PSOE





Me invade una profunda tristeza cuando escucho, por parte de una gran mayoría, desprestigiar a la política. No concibo la vida sin la política, quizás porque la vida no se podría llevar a su total efecto sin ella, sin el arte de legislar, regular, aportar, enmendar, proponer, o fiscalizar. Y es indiscutible que la política se organiza por partidos, y éstos están conformados por personas. Aunque no necesariamente debes formar parte de una organización, para intentar cambiar el mundo.
Porque ¿ a qué se debe, si no es para mejorar la vida de las personas, el formar parte del sentir de unas siglas?
Y son muchas las personas las que, con su entrega diaria, se movilizan en su entorno para restablecer el orden de ciertas cuestiones ancladas, que son necesarias reformular, con el único objetivo de ganar en libertad, en derechos y en democracia.
Entonces,  si de manera diaria hacemos política, casi sin darnos cuenta, ¿ por qué este descrédito hacia los partidos?
Es muy sencillo. Por su práctica.  Por la utilización que hacen algunos de esos miembros de sus siglas, de esa ideología, de esa historia o de la propia meta.
Existen tres clases de personas que deciden involucrase en una organización, las que creen que afiliándose o participando en primera línea pueden conseguir algo para sí mismos,  y quienes se adentran para aportar al bien común. Luego están los más descarados, que son los que únicamente militan cuando ya le han ofrecido, sin pudor, un puesto. 
Pero hay más, la contradicción, la falta de coherencia, los vaivenes, el aprovechamiento del más débil o hacia quienes creen que por estar afiliado a un partido político se deben a él, hagan lo que hagan, como si de una secta se tratara.
Nada más lejos de la realidad y grave error, porque únicamente el silencio puede avivar el mercadeo, la corrupción política, ética y moral, y acabar con los sueños y la esperanza de toda esa ciudadanía que espera que el cambio llegue tras depositar el voto en una urna. Un voto que no es papel, un voto que es el pase al futuro, a la igualdad y al bienestar. 
Y en Ceuta ha pasado. Podría continuar con la decisión que tuve hace unos meses de mantenerme al margen, después de haber sido de las únicas que denunciara públicamente la afiliación masiva para controlar un partido histórico como el PSOE, pero son demasiadas acciones las que me impiden la venda. 
Por cierto, el tiempo me ha dado la razón, porque el partido está comprado. No únicamente está comprado por esta empresa que todo el mundo sabe cuál es, sino que está "liderado" por un sujeto al que solamente le mueve el poder por el poder. Un Secretario General que tiene la virtud de, en una franja de un año, hacer unas declaraciones afirmando, tras una decisión acordada en un Comité Federal, que el PSOE había perdido  la dignidad por la abstención, sin nada a cambio y con el único objetivo de no repetir elecciones, para luego plantar en Ceuta, de manera unilateral y sin pasar por los órganos pertinentes, un acuerdo con el Partido Popular con la excusa de aislar a Vox. Un acuerdo con contrapartidas, empezando por la vicepresidenta primera, de la cual no dudo su valía,  y acabando, por ahora, con el bochornoso espectáculo del nombramiento de la dirección de lo que debería ser transparente y objetivo, la Televisión Pública Local. No sin antes nutrirse de un buen número de asesores y controladores de barriadas, de esos que ni ellos saben para qué sirven. 
A cambio el Partido Popular, un partido en minoría, gana en estabilidad. 
El PSOE local ha perdido la oportunidad de ser el líder de la oposición, junto con los otros partidos de izquierdas, para sembrar aire fresco en la Asamblea. El PSOE de Manuel Hernández ha preferido servirse, que servir. El PSOE de Manuel Hernández ha entrado en un círculo que no sabe cómo salir, creyendo que dan
por válidos sus argumentos y movimientos, completamente inaceptables y confusos. 
No todo vale. 
Del aumento de escaños o de la vida interna orgánica no voy a hablar, lo único que he visto justo y necesario es, aunque me vuelvan a criticar por ello, reclamar identidad propia. Es decir, lo único que quiero es que, y hablo por mí, no me identifiquen con esta praxis, porque como dije un día, el PSOE no es, es Manuel Hernández, que tiene que diferenciar entre la responsabilidad de una abstención cuando no hay alternativa y evitar así un bloqueo institucional, que él contribuyó con su infantil " no es no", para hacer una dura oposición, a ser el colchón de la derecha. ¿Qué más le han ofrecido? El tiempo dirá. 
Y acabó insistiendo en la certeza del error que va a suponer para un sector esta opinión, y lo acepto, pero la vida me ha enseñado que si a alguien le tengo que deber algo es a mí misma. Dentro del PSOE hay gente maravillosa de las que me siento orgullosa. Personas que están y han estado. Gente que ha dejado huellas y que tiene ni máxima admiración, no únicamente en esta ciudad, también lejos del estrecho. 
Por eso, cuando generalizan sobre el pacto PP y PSOE, quiero que sepan diferenciar que eso no es el PSOE, al menos para una militante de base como yo.  

domingo, 21 de julio de 2019

UN GOBIERNO EN EL TIEMPO DE DESCUENTO

Las de vuelta que da la vida. Me alegra enormemente saber que mi papel en el Comité Federal fue el más correcto y el más responsable. Me alegra haber sido la única de Ceuta, con representación en dicho Comité, que apostó por la abstención, aunque eso me llevara al desgaste político y personal, pues tuve que pagar, al igual que el resto de mis compañeros y compañeras, un precio muy alto.
Esa defensa la hice internamente y públicamente, en todos los medios de comunicación. 
Esa defensa la hice porque creía firmemente que si no podíamos formar un Gobierno, porque no teníamos alternativa para ello, no podíamos impedir a quien sí podía, que en este caso, muy a mí pesar, era Rajoy. El no hacerlo nos hubiera llevado a otras elecciones generales y hubiéramos trasladado el mensaje de ineptitud democrática. 
Depositar el voto en las urnas no es un juego de azar, el cual puedes repetir tantas veces que quieras hasta que se consiga el resultado deseado. Nos pasamos toda una campaña pidiendo el voto y difundiendo que lo importante es participar y tener voz, para luego cuando la gente plasma su deseo, y no son los nuestros, decirles que se equivocaron al pensar y decidir. Miren, no. La política no es un laberinto sin salida con una única casilla. La política es la herramienta para solucionar los problemas de la gente, no para las aspiraciones internas orgánicas. Ceder no es traicionar a la ideología, es madurar sobre ella. La política no ha sido creada para tener un Parlamento cerrado durante meses, sin unos Presupuestos, sin ninguna legislación de calado, sin ningún control o fiscalización, sin regular ninguna medida social, ecológica, tecnológica o económica. No.  
Así que sí, tuvimos un enorme gesto de generosidad, de responsabilidad. Hicimos una auténtica política de Estado, que han reconocido quienes en ese momento votaron por imperativo legal o nos cuestionaron. Incluso lo ha reconocido, porque quiere cambiar la Constitución para que pueda gobernar la lista más votada e impedir los bloqueos de Investidura, el propio Presidente del Gobierno. 
Creo que es un paso enorme para la unidad y para que nos dejemos en un cajón aquello que nos hizo tanto daño, porque dudaron hasta de nuestra dignidad y de nuestro socialismo. "Así nadie gana unas Primarias ni un Congreso", dijo Javier Fernández. 
¡Y qué razón tenía! Pero ganamos la lealtad al proyecto de País, a nuestros orígenes. 
Y ahora le tocaría al Partido Popular, al Partido ese que recalca lo del patriotismo, pero luego desprende egoísmo. Así que, asumo en primera persona la carta que han enviado los diputados del PSOE al Partido Popular, que dice exactamente esto:
"Si no sois capaces de formar una mayoría de investidura con más votos que nosotros, sería razonable que os abstuvierais sin condiciones, como hicimos nosotros. No os pedimos que asumáis nuestros valores o apoyéis nuestras políticas. Os pedimos que no bloqueéis la formación de Gobierno. No os pedimos la abstención a favor de un Gobierno socialista. Os pedimos que os abstengáis para que España tenga un Gobierno. 
Fue un verdadero sacrificio que generó el mayor desgarro sufrido por el PSOE en los años de democracia. Atrapados, entre la ética de la responsabilidad y la de la convicción ante un PP del que nos separaban obvias diferencias ideológicas y sobre el que se cernían sombras de corrupción. 
Y lo hicimos sin poner ninguna condición". 
Pero sé que el Partido Popular jamás llegará a ese amor por España, ni jamás le tendrá ese respeto a la democracia, ni a las urnas. 
¿Por qué? 
Porque la derecha siempre lo ha tenido muy fácil. 
Y para terminar recalco que, pedir esa abstención no me exime del deseo a un Gobierno progresista de izquierda, me reafirma en el deseo de no depender del voto de los independentistas, algo que únicamente pueden impedir quienes continuamente están con el dedo acusador. 
Que el PSOE y Podemos no se entendieran jamás hubiera sido comprendido por quienes fuimos en masa a impedir la suma de la derecha. 
Estamos en el tiempo de descuento. Prudencia, generosidad e inteligencia. 
Y aquí no es cuestión de lo que me guste o no me guste a mí, pues últimamente escucho a muchos analistas, aquí es cuestión de entender que ser fiel a los propios principios es admirable, pero defenderlos sin flexibilidad y desde la Intolerancia es condenarlo al estancamiento, y esto es lo último que se merece España. España se merece estabilidad. 
Estamos en la era de los acuerdos, del diálogo, es decir, de las cesiones mutuas. 
Avancemos.