sábado, 27 de abril de 2019

VOTA POR DEMOCRACIA NO POR MIEDO

Cuando te bajas al barro, y te metes de lleno en los problemas de la gente, es cuando puedes llegar a empatizar con el motivo que le lleva a muchas personas el hecho de no votar. La política no está pasando por sus mejores momentos, ya no porque nos hayamos acostumbrado a la corrupción, al clientelismo, a las promesas electorales que nunca llegan, a los privilegios, al bajo nivel pragmático e intelectual de nuestros líderes, sino porque se ha esfumado de nuestra retina el concepto del valor de una ideología, unos principios, una lucha y un ideario. 
Estamos viendo cómo hay un trasvase de gente que salta de un partido a otro, bien por el hartazgo, porque la gente vota por aquellos que le van a cubrir sus necesidades más inmediatas, o bien por el cargo. 
Gente que un día estaba en la primera fila de un partido y al día siguiente está en otra lista o montando un partido propio, no sabemos si con el afán de servir desde otro puente, o por la agonía de seguir viviendo a costa de la política, como si ésta fuera una profesión. 
Pero esta descripción se combate desde dentro o desde fuera. Desde dentro, y ahí me incluyo, criticando todas estas partidas de ajedrez, para que el juego democrático sea lo más limpio y transparente posible. Y desde fuera votando. 
Soy consciente que una gran parte de la ciudadanía no entiende lo necesario que es votar, ya no porque se lo debamos a todas esas personas que se dejaron la vida para que hoy podamos tener ese derecho, sino porque con el voto se deciden las políticas que marcarán el rumbo de un Pais. Y España está en juego. 
La sanidad, la educación, las pensiones, el sueldo mínimo interprofesional, la cohesión territorial, la igualdad de oportunidades, la sostenibilidad del Planeta, la protección animal, el empleo de calidad, la fiscalidad progresiva, nuestro papel en Europa, los medios de comunicación,  la interculturalidad y el respeto a las diferencias, la inmigración regular, ordenada y controlada bajo los preceptos de los Derechos Humanos, el derecho al aborto, a la muerte digna, al matrimonio igualitario, están en sus horas más bajas. Están en juego la Ley Integral contra la Violencia de Género que salva vidas, la Ley de Memoria Histórica que dignifica, o las autonomías que enriquecen. En definitiva, está bajo la cuerda una lista de derechos y logros conseguidos que no pueden quedar en bloqueo por culpa de quienes han encontrado en la política la vía xenófoba, franquista y misógina. 
Mientras Europa avisa de la oleada de la ultraderecha y pide que se le ponga un cordón sanitario, aquí le ponen la alfombra. 
No podemos caer en el error de dar alas a quienes usando como pretexto la unidad de España, como si el resto no la quisiéramos, están cosechando las ideas más reaccionarias contra la libertad. 
Me he tirado toda la campaña diciendo que no se puede ir a votar por el miedo. El miedo al independentismo, como si el nacionalismo no fuera lo mismo, o el miedo a la extrema derecha, no pueden ser la razón única de nuestros pasos. 
Grave error, porque no se vota por el miedo, se vota por la defensa de la pluralidad y el feminismo. No se vota por odio, se vota por la humildad de entender que nadie está por encima de nadie. No se vota por una bandera, se vota por lo que ella representa en la Constitución, pero en todos sus artículos. 
No se vota para retroceder, se vota porque nos ha costado mucho llegar hasta aquí. 
Se vota por la democracia y porque la unidad de España no está en juego, lo que está en juego son los valores. 
Vota, ahora o nunca. 

sábado, 13 de abril de 2019

LA BAJEZA MORAL DE UTILIZAR A ETA

No sabemos cómo serán los resultados el 28 de abril. En estos momentos hay más encuestas que nunca y menos precisión  que antes. La convulsión política en la que estamos inmersos nos hace no saber realmente quien va , ya no únicamente a ganar, que indiscutiblemente será el PSOE, sino a formar Gobierno. Intuyo que nos vamos a llevar una sorpresa y que los resultados nos van a sorprender. Tampoco dudo que podamos estar de nuevo bloqueados por la incapacidad al diálogo y la proximidad de las autonómicas y las municipales. 
El otro día hablaba con una persona sobre la época de la transición y me decía que si ciertos representantes políticos de ahora estuvieran en ese momento ésta no se hubiera producido.
Y es verdad. Mediocridad política. Los escaños se han convertido en un pase por la amistad y la falsa lealtad, más que por la capacidad. Hoy por hoy, aún no sé de qué hablan ciertos políticos que están más preocupados por atacar verbalmente y figurar de manera popular, que de pragmar medidas reales y funcionales. A la prueba está que seguimos sin tener una Ley de Muerte Digna. 
Y es que, entre quienes se inventan propuestas inconstitucionales,  mienten, juegan al despistes y llenan sus listas con personas sin principios, personas capaces de saltar de un partido a otro, auguro que nos queda un escenario que únicamente servirá para abrir telediarios y portadas en el periódico. 
El debate, la disparidad de opiniones es algo que enriquece la democracia, pero la mentira es inadmisible. 
Y escuchar en Ceuta por parte de quienes han estado años gobernando que harán lo que nunca hicieron es cuanto menos insultante para unos tiempos donde la política está siendo cuestionada. Más efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, un nuevo ambulatorio, un centro escolar, la remodelación del Tarajal, una comisaría, una clínica de radioterapia y así hasta completar una lista de promesas electorales que ya dijeron y no cumplieron. ¿Para qué están los políticos sino es para tratar con humildad y realismo a la ciudadanía? 
Agota. Me agota a mí, que amo y siento la política más allá del egoísmo de quienes se enganchan a ella por épocas, es indiscutible que debe agotar al resto. 
Pero no voy a recalcar la caradura moral de quienes no no son capaces de reconocer que las grandes inversiones en Ceuta vinieron de la mano de un Gobierno socialista, no, lo que voy a matizar es la bajeza moral de quienes recurren a ETA como recurso electoral. 
Alguien le debería decir al Partido Popular, como dijo Madina en la radio, por cierto, un socialista vasco al que le pusieron una bomba, que ETA ya no existe y que ésta desapareció el 20 de octubre de 2011 gracias al esfuerzo de muchas personas y bajo el mandato de un Presidente socialista, de Zapatero. 
Creo que no hace falta insistir sobre quien, por ejemplo, llamó a los terroristas movimiento vasco de liberación o acercó 133 de ellos al País Vasco. 
Es decir, aquellos que mintieron con las armas de destrucción masivas para justificar la invadión criminal de Irak y que volvieron a mentir sobre la autoría del 11m por votos, siguen con el discurso miserable del odio y la utilización de las políticas de Estado. 
Y, sobre todo, creo que no hace falta recordar el sufrimiento de muchos socialistas que se dejaron el alma y la vida para que hoy pudiéramos vivir en paz. Que murieron por defender la libertad. 
No todo vale en política.