sábado, 24 de noviembre de 2018

A TI, MACHISTA

Siempre hemos leído artículos explicando qué es la violencia de género, animando a las mujeres a denunciar y a visualizar comportamientos, actitudes y situaciones que viven las que son víctimas del maltrato. Yo hice muchos de esos. Y son  muchas las veces las que he dicho que la violencia de género no es un hecho puntual, es la causa de la desigualdad y el poder. Su grado extremo. 
Y en esta línea entre la igualdad y la desigualdad existen protagonistas que, como tú, hacen posible que esta lacra no desaparezca.
Solemos poner el foco de atención en la responsabilidad que tienen ellas de estar atentas a las alertas de la violencia y a su denuncia. También ponemos el foco en ellos para que no sean verdugos que anulan y quitan la vida.
Pero, ¿ alguna vez hemos puesto el foco en las acciones que fomentan que la violencia de género no desaparezca? No
Y sí, tú eres cómplice del maltrato. Cómplice de que sigan asesinando a mujeres. Eres cómplice de que el cuerpo de la mujer sea objeto sexual en el mercado. Cómplice de que los menores sean usados para hacer daño. Eres cómplice de que las mujeres ganen menos que los hombres y que no alcancen puestos de responsabilidad. Eres  cómplice de la prostitución y los matrimonios forzados. Eres cómplice del acoso y las violaciones. Eres cómplice del papel denigrante que tienen las mujeres en los medios de comunicación y en las redes. En definitiva, eres cómplice de esta sociedad no democrática y misógina, de esta sociedad que se apunta a la moda de la ola del feminismo, pero luego no mueve ni un dedo para su erradicación. Generalizar es un error, pero me voy a permitir el lujo de hacerlo porque cada una de las personas que van a leer este espacio alguna vez han contribuido a la perpetuación de estos roles que nos distancian por género. Yo, que me defino como una activista feminista radical, de raíz, también.  
¿Lo vas a negar? 
Contribuyes cuando te niegas en la escuela a trabajar la coeducación y piensas que no sirve para nada.
Contribuyes cuando te ríes de un chiste machista. 
Contribuyes cuando sientes la necesidad de proteger a la mujer y tú de sentirte protegida. 
Contribuyes cuando promueves que el instinto es maternal y son las mujeres las que mejor saben cuidar.
Contribuyes cuando haces una noticia donde únicamente pones a ella en la sección de consumo o como víctima.
Contribuyes cuando no legislas ni planteas acciones desde arriba, mediante la transversalidad. 
Contribuyes cuando nunca lo vistes de rosa, te niegas a comprarle una cocina y le dices a la niña que se comporte como una señorita. 
Contribuyes cuando haces un piropo de manera constante, le abres la puerta del coche y ante su mal humor le preguntas si estás con la regla.
Lo haces cuando hablas de "la mujer de" y únicamente te fijas en su físico. 
Lo haces cuando te preguntas el motivo por el que aún no tiene novio. 
Lo haces cuando no eliminas los cuentos Disney y promocionas películas como Cincuenta Sombras de Grey.
Lo haces cuando ves una situación de discriminación y maltrato y no das parte.
Lo haces cuando lo justificas, manifiestas que las feministas somos unas exageras, insinúas que también hay hombres víctimas y que la Ley es un engaño y una amenaza para el hombre.
Lo haces cuando das por hecho que eso son cosas de hombres y de mujeres, porque cada quien tiene su papel en la historia de la humanidad, sin asumir la invisibilidad de las mujeres. 
Lo haces cuando dices que ya hay igualdad. 
Es decir, lo haces tan a menudo que ni te das cuenta, por eso ves como una amenaza, una ridiculez, o una exageración esta tarea constante e incansable.
Así que creo que ha llegado la hora de empezar por el principio. Un principio que exige un examen de conciencia, porque nada de lo que he contado es un anexo a la violencia de género, que como he dicho al comienzo es el grado extremo a la desigualdad, es decir, el resultado de todos estos micromachismos. 

martes, 20 de noviembre de 2018

EDUARDO MADINA RECIBIRÁ ESTE AÑO EL PREMIO MARIA MIAJA

La Asociación de Mujeres Progresistas de Ceuta “María Miaja” y la Asociación Búscome vuelven a hacer entrega del Premio María Miaja, "un reconocimiento público a la lucha contra la violencia de género y a la apuesta por la igualdad". 

Este premio fue instituido por el Partido Socialista Obrero Español de Ceuta, siendo secretario general José Antonio Carracao. Las primeras ediciones se entregaron  a Micaela Navarro, Presidenta del PSOE de Andalucía y a Miguel Lorente, director de la Oficina Contra la Violencia de Género, en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.
"Con el cambio de Secretaría General en el PSOE de Ceuta la Comisión Ejecutiva Regional decidió no continuar con el premio", comenta la Presidenta de Mujeres Progresistas. “Fue entonces. – continúa María Miaja,  cuando la Asociación decidió hacerse cargo de él y le ofrecimos a Búscome, como deferencia hacia su Presidenta, Sandra López Cantero, ya que fue la encargada de gestionarlo desde el PSOE, entregarlo conjuntamente”.
“Ya con nuestra fusión, desde Mujeres Progresistas y Búscome, en el año 2016, el premio se lo entregamos a María del Carmen Castreño, una de las primeras concejalas  de nuestra Ciudad y muy cercana al Alcalde Fructuoso Miaja. Mujer luchadora por la Igualdad, en todos los sentidos, y actual Teniente de Alcalde de la Ciudad de Sevilla”, recuerda Miaja, que matiza que " el premio se hará efectivo todos los 20 de noviembres en memoria del nacimiento de mi madre, salvo problemas de agenda, como lo que ha ocurrido este año, que se entregará el 18 de enero". "Eduardo Madina será la persona que recibirá este año el reconocimiento por su lucha incansable hacia la igualdad. Protagonista de las nuevas masculinidades, defensor de las leyes más progresistas en la etapa de Zapatero y fiel activista convencido de la nueva era del feminismo como instrumento del movimiento del cambio" asegura López Cantero."Eduardo Madina estará con nosotros en Ceuta en un acto que se llevará a cabo en la Biblioteca Pública el próximo 18 de enero a partir de las 17;30 horas. Un acto abierto a la ciudadanía que no dejará indiferente a nadie, no únicamente por recordar la historia de una mujer luchadora, sino por escuchar uno de los discursos más potentes de la actualidad en materia de lucha contra la discriminación". 


sábado, 17 de noviembre de 2018

LOS INSULTOS MACHISTAS

Es curioso comprobar el hecho de que una servidora puede hacer un artículo sobre el empleo, la educación, la sanidad, la justicia, el abuso de la banca o la corrupción, y nadie diga nada. No hay comentarios. Pero en el momento en el que toco la inmigración o el feminismo, me salen los que se sienten intimidados y amenazados. Esas personas que se dan por aludidas y que creen que van a perder los derechos otorgados a lo largo de la historia por ser de un género, el masculino,  o haber nacido aquí. 
No hay que indagar mucho para averiguar el motivo por el que sucede esto, pero creo que esta respuesta la daré cuando hable de las nuevas masculinidades o del fenómeno del incentivo del odio que está calando en Europa y por ente está llegando a España. En cambio, de lo que me quiero centrar es en algo tan simple como la incongruencia que supone leer que más de un 70% de la población se considera feminista pero al día de hoy y hasta final de diciembre las mujeres trabajaremos gratis, seguiremos sin alcanzar los puestos de responsabilidad de manera ajustada, continuaremos acosadas  y somos asesinadas. Y cuando somos asesinadas, como ha ocurrido hoy, ese 70% ni se revela, o lo que es peor, ni se inmuta. 
Pero no únicamente ocurre esto, es que encima las redes se incendian contra quienes hemos decidido luchar contra el machismo. Yo lo he vivido en primera persona. Insultos, injurias, amenazas y expresiones referidas a mi aspecto físico o comportamiento sexual es lo que recibo todos los días. ¿Por qué? Porque precisamente, como dice Varela, son nuestras mayores desobedecías.
Los hombres con visibilidad pública, independientemente de las ideas que articulen, no albergan la misma cantidad de insultos que recibimos las mujeres que expresamos ideas feministas. Pero, sobre todo, no reciben el mismo prototipo de insultos.
Eso sí, y para que quede claro, nos importa una mierda lo que penséis de nuestro físico, nos importa una mierda despertar vuestros deseos, y no vamos a dar ninguna explicación de lo que hacemos o no con nuestro cuerpo. Y efectivamente, lo que rumian nos da igual, pero lo que no vamos a tolerar es que inviten a que nos violen, que nos insulten de manera misógina o que nos ridiculicen una y otra vez.
Una quiere ir por la vida sin que cuestionen nuestra actividad sexual, sin que nos juzguen por ir  o no arregladas y, lo más importante, sin tener miedo a que nos amenacen de muerte. Lo que hay que tener claro es que esto únicamente lo hacen porque les jode que defendamos nuestros derechos por una razón muy simple, no nos quieren libres. 
Pero nuestra libertad no se negocia.

sábado, 10 de noviembre de 2018

¿TIENE LA JUSTICIA MENOS VALOR QUE UNA BANDERA?

La justicia está en peligro y es algo que llevamos avisando desde hace mucho tiempo, pero nunca habíamos llegado al extremo de ver como ésta  se contradecía en menos de una semana, por culpa de la presión del mercado y de quien lleva años condenándonos, la banca. Pero también nos hemos dado cuenta que ésta no siempre gana, aunque engaña. 
También se ha podido comprobar que los jueces y las juezas interpretan las leyes, pero no legislan. Nos hemos dado cuenta que la política es la herramienta del cambio, de la gestión, de las decisiones más importantes. Todo pasa por la política. Únicamente desde la esfera del poder político se pueden tomar las medidas concluyentes del progreso o el retroceso de un país. Solo el Gobierno tiene la potestad, los recursos, la institucionalidad, el contenido logístico suficiente para satisfacer los retos fundamentales de una nación y establecer el equilibrio social.
Sí, el Tribunal Supremo nos dio el bastonazo con el tema de las hipotecas, pero el Gobierno reaccionó  y el ejecutivo dio luz a un Real Decreto con el objetivo de que los bancos, a partir de ahora, paguen los impuestos sobre las hipotecas. Por fin hemos dejado a un lado el circo mediático de las conspiraciones, las peleas de patio de colegio en el Congreso y hemos instrumentalizado la acción política. 
Ahora, únicamente espero que quienes han sido elegidos democráticamente para llevar a cabo, entre otras cosas, el poder legislativo no se estimulen únicamente en periodo electoral o ante la presión ciudadana. Eso conlleva tener ética y responsabilidad no sólo de Estado, también moral.  E igualmente espero que la gente empiece a tomarse más en serio el voto y la política, porque hacer política no es otra cosa que enfrentarse a la realidad, defender una idea y luchar por unos derechos. Hay que reflexionar y juzgar con mesura y proporcionalidad.
¿Y de la justicia?  De la justicia prefiero hablar otro día y repetir únicamente lo que he dicho al principio, que ésta se encuentra en peligro. ¿O acaso tiene menos valor que una bandera? Advertidos estamos. 

domingo, 4 de noviembre de 2018

SOY PATRIOTA, COMO DANI MATEO

¡Qué barbaridad! ¡Tremendo atrevimiento el suyo". El humorista Dani Mateo ha tocado fondo por haber desafiado a esa parte de la población que se esconde tras una bandera. La debilidad de la acción política y la sinrazón de unos tiempos donde la palabra ha perdido fuerza a favor de la violencia parecen ocupar las portadas de algunos medios nacionales y locales. 
¿Por qué? Porque el diálogo y la empatía se han sumergido entre la muchedumbre que cree que ama a su país por enaltecer unos símbolos, cuando éstos representan a las personas, esas mismas personas que ahora ocupan las listas de espera de la Sanidad o las colas del INEM. Esas mismas personas que se han quedado sin becas para estudiar o que han tenido que emigrar a otros países por la falta de oportunidades de éste. Esas mismas personas que ven como la corrupción ha pasado a formar parte del diario de vida o la desigualdad ha desafiado que continúe el patriarcado y los crímenes machistas. 
Pero esta realidad da igual, mientras nos quede una bandera a la que bendecir y colgar en el balcón.  
Y da igual que Dani haya pedido disculpas por sonarse los mocos con "la tela" que nos representa, nada importa. Es indiferente que haya explicado que su intención era hacer ver que la esencia de la gente está por encima de las banderas, que éstas no nos pueden marcar la diferencia ni ser la línea divisoria entre el bien y el mal. 
¿Y sabéis qué os digo? 
¡Qué ya está bien! 
Que no, que la superioridad patriota no se mide por la bandera. Que a España no se la quiere más por lapidar a quien ha querido hacer humor con los problemas constitucionalistas. 
Que ya está bien de complejos, de ser becerros en pro de unos dogmas dictatoriales. Que es tiempo de unión, sí, pero de esa unión que es capaz de valorar al que piensa diferente. Que es tiempo del entendimiento y de canalizar las energías a favor de la ética y la trasparencia. 
Que es hora de rechazar las cosas que dañan de verdad a nuestro país, que no es más que malversación, el tráfico de influencia, la prevaricación o el cohecho. 
Soy patriota, sí, pero no por envolverme en una bandera. Soy patriota porque defiendo la igualdad, la justicia social y la libertad. El patriotismo no se canta, ni se visualiza,  se practica. 
Y a mí también me emociona la bandera de España, pero no me ciega ni me separa.