domingo, 8 de diciembre de 2019

LAS MUJERES COMO SUJETOS CONSTITUCIONALES


Se habla mucho de la Constitución, pero son pocas las personas que la respetan y muchas las que la usan según el momento, el antojo o la conveniencia. Pero no voy a mencionar a esa parte de la población, ahora reflejada en un partido político, que actúa bajo el prisma de la involución antidemocrática. Lo que hoy voy a evidenciar, además de volver a recalcar mi profunda admiración por una época constituyente y transformadora, que supo poner orden a la sinrazón, por medio del diálogo y el entendimiento mutuo, es el deber de dar lugar y espacio a las mujeres. 
Necesitamos adaptar la Constitución a los nuevos tiempos, dando mayor firmeza a nuestro sistema político, solucionando los problemas territoriales, apostando por un sustento electoral más justo y brindando la transparencia y los derechos sociales. 
Muchas de las grandes complicaciones que tenemos hoy en el Congreso, así como los problemas y desajustes de sociedad, encontrarían un camino con la reforma de la Constitución, tan nombrada y debatida, pero nunca afrontada y analizada con la suficiente solvencia política que demanda la actualidad. Eso sí, ese proceso constituyente tiene que ser valiente  e incompatible con cualquier vestigio patriarcal. 
Para poner un poco de antecedente, la carta magna cita únicamente dos veces a las mujeres, en el artículo 32, derecho a contraer matrimonio, y en el artículo 57, al establecer la prelación del hombre sobre la mujer en el acceso a la jefatura del Estado. El principio de igualdad entre hombres y mujeres del artículo 14 se complementa con el artículo 35, que habla del derecho al trabajo, a la remuneración y a la promoción, con expresa referencia de la discriminación por razón de sexo. No hay nada más porque en 1978 la igualdad respecto a los hombres se daba por hecha, evidentemente nada más lejos de la realidad, puesto que la Constitución en sí era una enmienda a la totalidad del propio artículo 14. De ahí que nuestras compañeras feministas de la época lo recalcaran. 
Ahora se lo debemos a ellas, no únicamente a las constituyentes, sino a todas las organizaciones que se manifestaron para que se las tuvieran en cuenta, puesto que los debates acalorados de entonces estaban dedicados mayoritariamente a la identidad territorial, a la forma del Estado y a las libertades civiles. Y era impensable que en aquella época alguien creyera en la igualdad de género como un derecho incuestionable a consagrar. 
Por eso, ahora es el momento. Sé que el Congreso está demasiado polarizado e inestable para llevar a cabo grandes reformas políticas, pero si hay un resquicio para tocar la Constitución hay que introducir fórmulas más concretas para la plena igualdad entre los hombres y las mujeres. Hay que hacer justicia a la discriminación histórica que siempre nos ha encharcado y arriado.
Pero no únicamente hay que hacerlo por decencia y por la deuda del pasado, hay que hacerlo porque la desigualdad que padecen las mujeres sigue siendo profunda en el mundo laboral, en el reparto de las responsabilidades y los cuidados familiares, o en su grado extremo, en los asesinatos machistas.
Por tanto, hagamos una Constitución feminista desde la perspectiva de género, que incluya el principio de paridad democrática en todos los procesos y órganos decisorios. Que hable del derecho a la educación y la obligatoriedad de incorporar una materia de igualdad. Una Constitución que asegure los derechos sexuales y reproductivos, la protección laboral y salarial, y el derecho a una vida libre de violencia de género. 
Y, sobre todo, que dejen de estar vetados los debates sobre la monarquía y la iglesia Católica. 
El pasado, el presente y el futuro reflejados en el feminismo. Y si existe alguien a quien le chirríe este concepto, es que no sabe lo que es o tiene miedo a la pérdida de privilegios. 
“ El feminismo es un conjunto heterogéneo de movimientos políticos, culturales, económicos y sociales que tiene como objetivo la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y eliminar la dominación y violencia de los varones sobre las mujeres y​ de los roles sociales según el género , ​ además de una teoría social y política. La influencia del feminismo ha conseguido cambios en ámbitos como el derecho a la educación, el voto de la mujer, el derecho al trabajo, o los derechos reproductivos, entre muchos otros”. ( Wikipedia) 
Vg

viernes, 29 de noviembre de 2019

LA VIOLENCIA NO TIENE GÉNERO, PERO EL GÉNERO SÍ TIENE VIOLENCIA

Ahora que ha pasado el tiempo y he podido reflexionar sobre los últimos acontecimientos, puedo dar fe de que Ceuta ha despertado al movimiento machista y patriarcal. A día de hoy se nos puede acribillar de insultos y amenazas, que no pasa nada. Hoy por hoy se puede sembrar el discurso del odio contra quienes defendemos el feminismo y quedar inmune, cuando ni siquiera saben lo que es el feminismo. 
Por suerte o por desgracia sé lo que es la violencia de género, por vivencias, pero también por formación. Por respeto, el mismo que no han tenido conmigo, no voy a dar mis argumentos sobre unos hechos concretos que bien merecen un análisis más profundo, más que un perdón, que también, pero no disfrazado del misógino más reaccionario. No escondido detrás del discurso falaz de las denuncias falsas y la criminalización sobre las mujeres, como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia. 
Quizás, si a la gente le diera por preocuparse y ocuparse de una de las mayores lacras de la sociedad, no existiría la mínima duda sobre la violencia de género, una violencia que consiguió tener el respaldo estatal hasta que llegó Vox. Hasta el momento nadie se atrevió a poner en duda la existencia de una violencia sistemática y estructural contra las mujeres, por el hecho de ser mujeres. Hasta el momento nadie se había  atrevido a no secundar las declaraciones institucionales y a romper el consenso de unidad contra el terrorismo machista, hasta que llegó la ultraderecha. Y no les culpo a ellos, culpo a los partidos que tienen la oportunidad de hacerles un frente común y lo blanquean, culpo a quienes dan alas a sus ideas y a quienes no han sabido desmontar cada una de sus mentiras. 
La Fiscalía abrió 14 investigaciones por supuestas denuncias falsas durante todo el año 2018, lo que suponen un 0,0083% del total de las 166.961 denuncias que se presentaron el año pasado, según se desprende de la Memoria de la Fiscalía General del Estado del año 2018. 
Desde el año 2009 se han registrado un total de 97 condenas por denuncia falsa, lo que supone un media del 0,0069% sobre el total. 
Las víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de año hasta noviembre de 2019  ascienden a 52, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Un total de 38.619 mujeres aparecen como víctimas de violencia de género en las 40.319 denuncias presentadas en los órganos judiciales durante el primer trimestre de 2019, según los datos proporcionados por el Servicio de Estadística del CGPJ.
Durante el primer trimestre del año se solicitaron 10.922 órdenes de protección, incrementándose así la cifra de 10.455 órdenes solicitadas en el mismo periodo de tiempo del año anterior. Durante el primer trimestre de 2019, los órganos judiciales españoles dictaron un total de 13.187 sentencias penales en el ámbito de la violencia de género, de las que el 68,6 por ciento (9.043) fueron condenatorias, lo que supone un incremento de 0,1 puntos respecto a las sentencias condenatorias dictadas en el mismo trimestre de 2017, que representaron  un 68,5 por ciento del total.
Y podría seguir dando datos y cifras, pero prefiero instar a ese partido que se proclama defensor unilateral de la unidad territorial a que ponga en valor a lo organismos estatales a los que se debe, y que deje de cacarear los mitos falsos que esconden una mentalidad retrógrada y algo primitiva. 
Que nos castiguen voceros con miedo a perder sus privilegios, a través de palabras y estadísticas inventadas es soportable, pero que éstas sean avaladas por un partido que se dice que es constitucional, mientras anuncia sin pudor medidas antidemocráticas o desmonta a todo un Poder Judicial, es para hacérnoslo mirar como sociedad. 
La violencia no tiene género, pero el género por supuesto que tiene violencia. Y se llama así, violencia de género, porque es la que se ejerce contra la mujer por ser mujer. Es el extremo de la desigualdad. Es la última vertiente del poder . Negar esta realidad es dar invisibilidad a un problema, es ocultar la historia del feminismo y cómo las mujeres han ido adquiriendo derechos. Es no querer acabar con él, con el patriarcado. Es absurdo negar una realidad concreta con una generalidad. Pongamos que alguien dice que el Sida, hoy que se celebra su Día Mundial, es una terrible enfermedad a la que hay que combatir,  y es contestado con la afirmación de que todas las enfermedades son malas. ¿ A que nunca os habéis visto en esa tesitura? Evidentemente que no, y no lo habéis hecho porque no hay nadie que niegue la realidad de hacer frente a la lucha contra el sida, a través de investigación, la prevención y el tratamiento especializado. Hay interés real de acabar con esta enfermedad y ninguna mente humana pretende minimizarla y quitarle su importancia, aunque sepamos que existen otras enfermedades. ¿Por qué lo hacemos entonces cada vez que asesinan, violan, humillan, o  acosan a una mujer? ¿Por qué lo hacemos cada vez que pedimos igualdad salarial? ¿Por qué lo hacemos en el momento que exigimos cuotas de representación? ¿ Por qué lo hemos hecho el 25 de noviembre? 
Que no nos ganen la batalla, no permitamos caer en la trampa. Más de mil mujeres han perdido la vida a mano de sus parejas o ex parejas. O estás contra esta lucha sin matices ni peros, o estás  perpetuando la continuación de sus asesinatos. No hay más. Aquí no hay matices. 
Y defender esto no me hace ser insensible ni ajena al resto de violencia. No es una guerra de sexos, no es una lucha de mujeres contra hombres, es la batalla de mujeres y hombres, juntos, a favor de la igualdad real. 

viernes, 8 de noviembre de 2019

El fascismo ya está aquí. Tú lo puedes parar.

Bien sabe quienes me conocen que nunca estuve conforme con la repetición electoral. No hay justificación, así que no voy a perder estas líneas en marcar un argumento que ni yo misma me lo creo. Y no, tampoco voy a culpabilizar a otra fuerza política porque todos los partidos, todos, son responsables de la situación de bloqueo en la que nos encontramos. Nadie vota para que no exista un Gobierno, la gente vota para que quienes han decidido ocupar la primera línea política se entiendan, cedan, y lleguen a un punto común de acuerdo que permita mejorar la vida de la gente, que es el único fin por el que se deben de presentar a la política. Aclarado este punto y dando por hecho que la sociedad ya hizo los deberes al no dejar, ni en Ceuta ni a nivel general, que Vox pasara y que la derecha sumara el pasado mes de abril, toca volver a demostrar que tenemos mucha más responsabilidad que los que tienen que dialogar tras el 10 de noviembre
Llevo días preocupada, y lo estoy porque no concibo que un partido como Vox tenga cabida en las conversaciones de ciudadanas y ciudadanos que no esconden su xenofobia, su machismo y su fascismo. Y la culpa no es de Abascal y sus discípulos, no, la culpa es de aquellos partidos que han consentido gobernar con ellos. La culpa es de los que no han aprovechado la oportunidad para desmentir cada uno de los datos que han lazado y siguen bombardeando sin pudor y de una manera sumamente calculadora. Auténticos martillazos contra los tímpanos son los mitos falsos que vomitan los micrófonos de la ultraderecha. 
Además, saben hacerlo a través de la técnica de la serpiente envenenada que disfraza con sonrisa, pose y suavidad el rejón del odio. Pues no, ya está bien de tener complejos. Ya está bien de hacer creer que la Patria y la defensa de la unidad territorial  corresponden únicamente a quienes levantan el puño y empapelan los sitios con la bandera. Ya está bien de hacer creer que a la izquierda no le importa los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Ya está bien de manipular con el convencimiento de que la izquierda permite y favorece la inmigración irregular. Ya está bien de insistir en el hecho de que la izquierda antepone el independentismo al interés común por una cuestión partidista. Ya está bien de frivolizar con Bildu y hablar en nombre de las víctimas de ETA, como si el resto no hubiera sido perseguido o hubiera sufrido atentados. Ya está bien de mentir sobre la inmigración, de sembrar el miedo y el odio, y de jugar con la violencia de género. Ya está bien de aprovecharse del hartazgo de la gente, de sus necesidades y desesperación. Ya está bien de hablar en nombre de la justicia para reproducir mensajes sacados de la Falange y de traer el franquismo y la dictadura acaramelada otra vez a la actualidad. Ya está bien.
No es real que la sanidad de las personas inmigrantes cueste el dinero de las pensiones. No es real que la mayoría de las violaciones sean llevadas a cabo por inmigrantes. No es verdad que el hombre esté en desventaja sobre la mujer y no es verdad que hayamos removido el dolor a sacar a un dictador del Valle de los Caídos. No voy a dar los datos estadísticos porque entiendo que quienes estén leyendo estas líneas tienen la inteligencia suficiente para buscarlos personalmente y contrarrestar la información. No voy a seguir en el bucle de la desinformación, porque la única verdad que hay es que la inmigración ha enriquecido la economía del País. La única verdad que hay es que no son criminales y que a los criminales ya se les condenan. La única verdad que hay es que nuestras fronteras ya se defienden, que se combaten a las mafias y se trabaja para que la inmigración sea ordenada y regular. La única verdad que hay es que la Ley de Violencia de Género salva vidas. La única verdad que hay es la de la Constitución y la Justicia, pero no para usarla exclusivamente contra Cataluña para olvidarse luego, por ejemplo, de la Memoria Histórica o de las Autonomías de las regiones. 
Y en Ceuta, si queremos seguir disfrutando de la democracia y la libertad, y no queremos perder todos los derechos consagrados ni romper nuestra Convivencia, hay que volver a arrasar en las urnas.
El PSOE, con Pepe Simón a la cabeza, tiene la llave de la concordia y la igualdad. No únicamente porque es el único partido que puede frenar esta ola ultraderechista, sino porque su talante y humildad harán posible el entendimiento necesario para la estabilidad. Ha sido el único político que ha pedido perdón y ha reconocido el fracaso, y creo que no hay mayor valor para avanzar que ese. Y también por su trabajo. Un trabajo que no va de titulares sin valor de ejecución o promesas vacías, sino de realidad. Quienes estamos a su lado sabemos que Ceuta ha ocupado una posición prioritaria en la defensa de nuestra educación inclusiva, la igualdad  y la sanidad. Si esto no fuera así no lo diría, bien sabéis que llevo tiempo callada en política. Pero cuando hay que luchar por un ideario limpio y transparente, no hay desafección que lo impida. 
Y termino para decir que no me importa que me llamen la roja feminista. No me importa que se rían de nuestro buenismo y no me importa que me acusen de intolerante cuando pongo línea roja a Vox.  Y no me importa porque prefiero mil veces estar al lado de la lucha contra el patriarcado, del diálogo en Cataluña,  y de la defensa de los Derechos Humanos, que al lado de la inhumanidad y la bajeza moral de la superioridad de la raza y el género, que es lo que rotundamente destruye nuestra Patria. 
Mi patria son las personas, mi bandera los valores. 
Mis principios la dignidad, la libertad y la fraternidad, y éstos no tienen precio. 

martes, 13 de agosto de 2019

No es el PSOE





Me invade una profunda tristeza cuando escucho, por parte de una gran mayoría, desprestigiar a la política. No concibo la vida sin la política, quizás porque la vida no se podría llevar a su total efecto sin ella, sin el arte de legislar, regular, aportar, enmendar, proponer, o fiscalizar. Y es indiscutible que la política se organiza por partidos, y éstos están conformados por personas. Aunque no necesariamente debes formar parte de una organización, para intentar cambiar el mundo.
Porque ¿ a qué se debe, si no es para mejorar la vida de las personas, el formar parte del sentir de unas siglas?
Y son muchas las personas las que, con su entrega diaria, se movilizan en su entorno para restablecer el orden de ciertas cuestiones ancladas, que son necesarias reformular, con el único objetivo de ganar en libertad, en derechos y en democracia.
Entonces,  si de manera diaria hacemos política, casi sin darnos cuenta, ¿ por qué este descrédito hacia los partidos?
Es muy sencillo. Por su práctica.  Por la utilización que hacen algunos de esos miembros de sus siglas, de esa ideología, de esa historia o de la propia meta.
Existen tres clases de personas que deciden involucrase en una organización, las que creen que afiliándose o participando en primera línea pueden conseguir algo para sí mismos,  y quienes se adentran para aportar al bien común. Luego están los más descarados, que son los que únicamente militan cuando ya le han ofrecido, sin pudor, un puesto. 
Pero hay más, la contradicción, la falta de coherencia, los vaivenes, el aprovechamiento del más débil o hacia quienes creen que por estar afiliado a un partido político se deben a él, hagan lo que hagan, como si de una secta se tratara.
Nada más lejos de la realidad y grave error, porque únicamente el silencio puede avivar el mercadeo, la corrupción política, ética y moral, y acabar con los sueños y la esperanza de toda esa ciudadanía que espera que el cambio llegue tras depositar el voto en una urna. Un voto que no es papel, un voto que es el pase al futuro, a la igualdad y al bienestar. 
Y en Ceuta ha pasado. Podría continuar con la decisión que tuve hace unos meses de mantenerme al margen, después de haber sido de las únicas que denunciara públicamente la afiliación masiva para controlar un partido histórico como el PSOE, pero son demasiadas acciones las que me impiden la venda. 
Por cierto, el tiempo me ha dado la razón, porque el partido está comprado. No únicamente está comprado por esta empresa que todo el mundo sabe cuál es, sino que está "liderado" por un sujeto al que solamente le mueve el poder por el poder. Un Secretario General que tiene la virtud de, en una franja de un año, hacer unas declaraciones afirmando, tras una decisión acordada en un Comité Federal, que el PSOE había perdido  la dignidad por la abstención, sin nada a cambio y con el único objetivo de no repetir elecciones, para luego plantar en Ceuta, de manera unilateral y sin pasar por los órganos pertinentes, un acuerdo con el Partido Popular con la excusa de aislar a Vox. Un acuerdo con contrapartidas, empezando por la vicepresidenta primera, de la cual no dudo su valía,  y acabando, por ahora, con el bochornoso espectáculo del nombramiento de la dirección de lo que debería ser transparente y objetivo, la Televisión Pública Local. No sin antes nutrirse de un buen número de asesores y controladores de barriadas, de esos que ni ellos saben para qué sirven. 
A cambio el Partido Popular, un partido en minoría, gana en estabilidad. 
El PSOE local ha perdido la oportunidad de ser el líder de la oposición, junto con los otros partidos de izquierdas, para sembrar aire fresco en la Asamblea. El PSOE de Manuel Hernández ha preferido servirse, que servir. El PSOE de Manuel Hernández ha entrado en un círculo que no sabe cómo salir, creyendo que dan
por válidos sus argumentos y movimientos, completamente inaceptables y confusos. 
No todo vale. 
Del aumento de escaños o de la vida interna orgánica no voy a hablar, lo único que he visto justo y necesario es, aunque me vuelvan a criticar por ello, reclamar identidad propia. Es decir, lo único que quiero es que, y hablo por mí, no me identifiquen con esta praxis, porque como dije un día, el PSOE no es, es Manuel Hernández, que tiene que diferenciar entre la responsabilidad de una abstención cuando no hay alternativa y evitar así un bloqueo institucional, que él contribuyó con su infantil " no es no", para hacer una dura oposición, a ser el colchón de la derecha. ¿Qué más le han ofrecido? El tiempo dirá. 
Y acabó insistiendo en la certeza del error que va a suponer para un sector esta opinión, y lo acepto, pero la vida me ha enseñado que si a alguien le tengo que deber algo es a mí misma. Dentro del PSOE hay gente maravillosa de las que me siento orgullosa. Personas que están y han estado. Gente que ha dejado huellas y que tiene ni máxima admiración, no únicamente en esta ciudad, también lejos del estrecho. 
Por eso, cuando generalizan sobre el pacto PP y PSOE, quiero que sepan diferenciar que eso no es el PSOE, al menos para una militante de base como yo.  

domingo, 21 de julio de 2019

UN GOBIERNO EN EL TIEMPO DE DESCUENTO

Las de vuelta que da la vida. Me alegra enormemente saber que mi papel en el Comité Federal fue el más correcto y el más responsable. Me alegra haber sido la única de Ceuta, con representación en dicho Comité, que apostó por la abstención, aunque eso me llevara al desgaste político y personal, pues tuve que pagar, al igual que el resto de mis compañeros y compañeras, un precio muy alto.
Esa defensa la hice internamente y públicamente, en todos los medios de comunicación. 
Esa defensa la hice porque creía firmemente que si no podíamos formar un Gobierno, porque no teníamos alternativa para ello, no podíamos impedir a quien sí podía, que en este caso, muy a mí pesar, era Rajoy. El no hacerlo nos hubiera llevado a otras elecciones generales y hubiéramos trasladado el mensaje de ineptitud democrática. 
Depositar el voto en las urnas no es un juego de azar, el cual puedes repetir tantas veces que quieras hasta que se consiga el resultado deseado. Nos pasamos toda una campaña pidiendo el voto y difundiendo que lo importante es participar y tener voz, para luego cuando la gente plasma su deseo, y no son los nuestros, decirles que se equivocaron al pensar y decidir. Miren, no. La política no es un laberinto sin salida con una única casilla. La política es la herramienta para solucionar los problemas de la gente, no para las aspiraciones internas orgánicas. Ceder no es traicionar a la ideología, es madurar sobre ella. La política no ha sido creada para tener un Parlamento cerrado durante meses, sin unos Presupuestos, sin ninguna legislación de calado, sin ningún control o fiscalización, sin regular ninguna medida social, ecológica, tecnológica o económica. No.  
Así que sí, tuvimos un enorme gesto de generosidad, de responsabilidad. Hicimos una auténtica política de Estado, que han reconocido quienes en ese momento votaron por imperativo legal o nos cuestionaron. Incluso lo ha reconocido, porque quiere cambiar la Constitución para que pueda gobernar la lista más votada e impedir los bloqueos de Investidura, el propio Presidente del Gobierno. 
Creo que es un paso enorme para la unidad y para que nos dejemos en un cajón aquello que nos hizo tanto daño, porque dudaron hasta de nuestra dignidad y de nuestro socialismo. "Así nadie gana unas Primarias ni un Congreso", dijo Javier Fernández. 
¡Y qué razón tenía! Pero ganamos la lealtad al proyecto de País, a nuestros orígenes. 
Y ahora le tocaría al Partido Popular, al Partido ese que recalca lo del patriotismo, pero luego desprende egoísmo. Así que, asumo en primera persona la carta que han enviado los diputados del PSOE al Partido Popular, que dice exactamente esto:
"Si no sois capaces de formar una mayoría de investidura con más votos que nosotros, sería razonable que os abstuvierais sin condiciones, como hicimos nosotros. No os pedimos que asumáis nuestros valores o apoyéis nuestras políticas. Os pedimos que no bloqueéis la formación de Gobierno. No os pedimos la abstención a favor de un Gobierno socialista. Os pedimos que os abstengáis para que España tenga un Gobierno. 
Fue un verdadero sacrificio que generó el mayor desgarro sufrido por el PSOE en los años de democracia. Atrapados, entre la ética de la responsabilidad y la de la convicción ante un PP del que nos separaban obvias diferencias ideológicas y sobre el que se cernían sombras de corrupción. 
Y lo hicimos sin poner ninguna condición". 
Pero sé que el Partido Popular jamás llegará a ese amor por España, ni jamás le tendrá ese respeto a la democracia, ni a las urnas. 
¿Por qué? 
Porque la derecha siempre lo ha tenido muy fácil. 
Y para terminar recalco que, pedir esa abstención no me exime del deseo a un Gobierno progresista de izquierda, me reafirma en el deseo de no depender del voto de los independentistas, algo que únicamente pueden impedir quienes continuamente están con el dedo acusador. 
Que el PSOE y Podemos no se entendieran jamás hubiera sido comprendido por quienes fuimos en masa a impedir la suma de la derecha. 
Estamos en el tiempo de descuento. Prudencia, generosidad e inteligencia. 
Y aquí no es cuestión de lo que me guste o no me guste a mí, pues últimamente escucho a muchos analistas, aquí es cuestión de entender que ser fiel a los propios principios es admirable, pero defenderlos sin flexibilidad y desde la Intolerancia es condenarlo al estancamiento, y esto es lo último que se merece España. España se merece estabilidad. 
Estamos en la era de los acuerdos, del diálogo, es decir, de las cesiones mutuas. 
Avancemos. 

domingo, 7 de julio de 2019

TÚ NO ERES MACHISTA NI FEMINISTA, TÚ ERES TONTO

( "Yo no soy machista ni feminista, yo soy humanista") 

Entendiendo que tonto es el que dice tonterías. 
Vivimos en un mundo, a veces, ignorante, vacío y frío. Un mundo donde quienes tienen privilegios o maltratan se sienten intimidados, y esa proyección la lanza en forma de discurso cargado de falacia, odio y confusión. Un discurso que busca despistar y minimizar una desigualdad patente. Y dentro de ese mundo también están quienes jamás han leído nada de la Historia. Quienes creen, sean hombres o mujeres, que las cosas han caído del cielo, que piensan que jamás se ha necesitado luchar para obtener mejoras sociales o laborales. Esas personas incrédulas que viven del pasotismo y la comodidad de haber nacido en democracia. Esas personas que no han conocido la vida de las personas que fueron perseguidas, vigiladas, acosadas, torturadas, encarceladas, asesinadas, únicamente por opinar y defender una idea. 
Y es aquí cuando quiero entrar de lleno en el feminismo y en esta Huelga General, la segunda Huelga realizada en España por el Día de la Mujer. 
De entrada, la palabra Huelga produce rechazo, incredulidad. Y nadie sabe que hoy, por ejemplo, si tenemos vacaciones es gracias a la Huelga. La Huelga es el instrumento legal que tenemos las personas para pedir mejoras cuando quienes están en el poder no nos las dan. Es una herramienta para luchar contra las injusticias. 
¿Y qué mayor injusticia existe que la desigualdad de género? 
Por eso, me apena que exista gente que tire por tierra esta batalla y que minimice con algo tan importante como es la dignidad. Jamás acusaré a quien no se levanta, pero sí a quien impide que yo lo haga. 
Y antes de terminar contestando a quienes acusan a este movimiento de estar politizado o con los motivos que han hecho que yo parara el 8 de marzo, conviene refrescar la memoria.   
La lucha feminista no es algo de la actualidad, sino que se remonta al principio de los tiempos, me atrevo a decir que a la época de los Primates. Algunas sitúan el feminismo a fines del siglo XIII, cuando Guillermine de Bohemia planteó crear una iglesia de mujeres. Otras rescatan como parte de la lucha feminista a las predicadoras y brujas, pero es a mediados del siglo XIX cuando comienza una lucha organizada y colectiva. Las mujeres participaron en los grandes acontecimientos históricos de los últimos siglos como el Renacimiento, la Revolución Francesa y las revoluciones socialistas. 
De los orígenes, de la historia, y de las vidas de grandes mujeres, podría estar escribiendo horas y horas, pero no lo voy a hacer en este artículo. Eso sí, y como estamos hablando del Día de la Mujer, y de lo ridículo que supone tener que escuchar y leer que para cuando el Día del Hombre, o que el Día de la Mujer se celebra trabajando o divirtiéndose, conviene contextualuzar el Día, más que nada para tapar algunas conciencias, ya que sé que hay vergüenzas que jamás se van a extinguir. 
Fue un 8 de marzo de 1857 cuando un grupo de mujeres empezaron a revelarse. Las trabajadoras textiles de la fábrica Lower East Side de Nueva York organizaron una marcha en protesta de sus precariedad laboral y salarial, ya que cobraban alrededor del 70% menos que los hombres, a pesar de suponer la casi totalidad de la plantilla trabajadora. El acto fue boicoteado por la fuerte represión policial. Cincuenta y un años después, en 1908 tuvo lugar uno de los acontecimientos más trágicos en la historia reivindicativa de la mujer. En la misma ciudad, Nueva York, 40.000 costureras industriales organizaron una huelga para manifestarse. Sus peticiones eran la igualdad de derechos, la reducción de jornada laboral (era de 12 horas o más), la abolición de la explotación infantil y el derecho a unirse a sindicatos. Ese día pasó a la historia no solo por esa lucha, sino porque en una de las fábricas donde se realizaba la huelga, los propietarios ordenaron cerrar puertas y ventanas y atrapar en su interior a las manifestantes. Un incendio acabó con la vida de 120 mujeres que estaban allí luchando. Pero tuvo que pasar 67 años para que la ONU proclamara el 8 de marzo como una fecha clave para reivindicar y conmemorar la lucha de las mujeres en el mundo. 
Realmente es estremecedor. Mujeres que murieron por defender unos derechos y aún así seguimos minimizando esta ola imparable que ha venido para recordarlas y quedarse. 
¡Ésas sí que eran auténticas feministas y me representan! Se lee en las redes. Esas mujeres fueron asesinadas en mucho caso, otras repudiadas o criticadas por el entorno. Se me viene a la cabeza Clara Campoamor, la mujer que consiguió que las mujeres pudiéramos votar a pesar de ser cuestionada de la misma manera que nosotras lo somos ahora. Ni más ni menos. Esta ola feminista no es distinta, ni especial, ni de imitación. Esta ola feminista es la continuación de las anteriores y la previa a las que vendrán después, pues tendrán que pasar muchos años para que verdaderamente tengamos la igualdad. La diferencia es que ahora utilizan la coacción y la vejación contra nosotras. Ahora no nos pueden matar legalmente, aunque el patriarcado lo haga todos los días. 
Y no, no está politizada. Las mujeres somos lo suficientemente autónomas como para tener la capacidad individual de manifestarnos sin necesidad de estar bajo la tutela de aquellos que se creen que lo pueden tutelar todo, hasta nuestra maternidad. ¿O acaso aquellos partidos que rechazan estos movimientos y se desmarcaron del 8 de marzo no están politizando la Huelga Feminista insinuandoles a sus votantes que no fueran? Pues no lo consiguieron, pues había mujeres de todos los colores políticos en forma de una enorme cadena de apoyo, hermandad y visualización. Ceuta se llenó, como se llenó otros territorios sin necesidad de regalar autobuses. 
Aunque hay algo que es fácil de entender. Hay unos partidos que legislan para la igualdad y lo han demostrado con hechos, y otros que no. Hay partidos que secundan estos movimientos porque creen en ellos, y otros que no. La igualdad se consigue con política, algo muy distinto a pensar que la igualdad está politizada, pues lo único que está politizado últimamente es la defensa de una falsa Patria. 
Así que sí, yo ayer hice Huelga como lo hicieron muchas mujeres de todos los sectores. La primera lagrima me cayó cuando al despertarme vi que no estaba la voz de Pepa Bueno en la Ser.
Sobraban los motivos. 
Yo paré por aquellas mujeres que lucharon para que hoy pudiera estar aquí haciendo este artículo de opinión. Por las que lucharon para que pudiera tener una vida independiente. Incluso, hice Huelga por todas aquellas mujeres que me insultan en las redes cada vez que hablo de igualdad, por quienes me llaman Feminazi y por quienes van a votar a los partidos que quieren quitar la Ley Integral contra la Violencia de Género y humillan al feminismo. 
Y lo hago porque realmente no saben lo que hacen. 
Gracias a las feministas podemos trabajar, votar, abrir una cuenta en el banco, decidir, estudiar, divorciarnos, es decir, vivir, respirar. 
También hice Huelga y me concentré por las mujeres que tienen miedo, por las que no pueden permitirse el lujo de parar y por las que ya no están por culpa del patriarcado. Por esas mujeres asesinadas, torturadas y violadas. Debajo de una tumba no se puede gritar. 
Hice Huelga por las que cobran menos, por las que no pueden alcanzar puestos de responsabilidad y por las que no pueden conciliar. 
Por esas mujeres que son usadas sexualmente o son traficadas. Por las que cruzan con bultos la frontera, por las empleadas de hogar que no están aseguradas. 
Pero si hay algo que me hizo lanzarme a la calle fue ella, mi hija, aunque no me entienda, porque sé que cuando sea mayor logrará comprender que no estaba tan loca y que todo lo hacia para que ella no tuviera que sentir miedo, solamente por ser mujer. 
Paré, pero parar no significa quedarse quieta, mucho menos sin voz. 
Así que únicamente pido una cosa. No me frenéis, no le quitéis las ganas a las que tenemos fuerza, ilusión y energías para luchar. No ridiculicéis a quienes creemos en esta batalla y sabemos que con la acción y el ruido podemos seguir cambiando el mundo. 
Porque si no te vas a poner junto a mí, junto a nosotras, al menos no me frenes, no nos frenéis. 
Y por ultimo, gracias a todos los hombres aliados del feminismo, que sois la inmensa mayoría, porque los único que están en contra de este movimiento son los machistas. 
O eres machistas o eres feministas. 

El feminismo es definido por la RAE como un "principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre". 
¿Alguien puede estar en contra de esto? 

¿Otra vez elecciones?

No es estar en política, es hacer política. No es actuar según el momento y lo que te convenga, es basarse en la coherencia, en la sociabilidad humana y en el bien común. Errejón lo intentó, Valls o De Castro lo han hecho. 
Creo que estoy legitimada para hablar del deber y las consecuencias. El PSOE se abstuvo por responsabilidad, aunque eso nos costara un precio interno muy alto. El país no podía desembocar en unas terceras elecciones, la gente había elegido y lo que se esperaba de los partidos era capacidad, generosidad, dialogo y entendimiento. No existía una alternativa y, por tanto, había que dejar gobernar a la lista más votada, con el único objetivo de centrarnos en la estabilidad de España y en los problemas de la gente. Las grandes reformas requieren de grandes acuerdos, y no de frases y lemas partidistas sin justificación ni fundamento. 
En la actualidad se han invertido los roles. Pero estamos pisando un camino lleno de baches, por culpa de unos personajes egoístas que están a punto de llevarnos de nuevo a unas elecciones, en un ejercicio de inutilidad democrática. 
La izquierda se divide, se enfrenta. La derecha se radicaliza. Ninguno de los partidos están a la altura de un proceso postelectoral. 
Pablo iglesias juega al Batman sin capa. 
Casado al pirata sin barco. 
Rivera al fantasma desorientado.  
¿ Y Pedro? Pedro debe de presentarse a una investidura con los apoyos asegurados. A veces, creo que no estamos haciendo lo suficiente, a pesar del CIS. Y digo que no estamos haciendo lo suficiente porque nunca es suficiente, pero me basta que haya comprendido y reconocido el peligro del bloqueo. Pedro hace muy bien pidiendo al Partido Popular y a Ciudadanos que se abstengan, porque cuando no tienen ninguna posibilidad para desbancar al PSOE, no tienen más remedio que elegir entre una nueva cita electoral, forzar a que los independentistas tengan más protagonismo, algo que contradice la defensa de una unidad de España y que demuestra que este discurso únicamente les vale para conseguir votos y como campaña electoral, o reconocer lo que la gente ha decidido en las urnas. Y Unidas Podemos no puede seguir bajo el cordón de un pulso únicamente para tener un asiento, sin dialogar sobre los cimientos que sostienen a esas sillas. 
No es un juego, y este partido no se gana en el último minuto, porque no es marcar. 
No es ser investido, es gobernar después. Es estabilidad.
Cambiando de perspectiva.
Hace unos días tuve la oportunidad de cenar con una persona de Madrid, que me dio algunas claves acerca de los motivos por los que hoy en día hay un contraste brutal entre la necesidad de la política y la inapetencia de las personas más validas, para participar en ella. 
Le trasladé mi impresión sobre la incapacidad de los líderes nacionales para llegar a un acuerdo, pero no quise centrar mi opinión en los últimos acontecimientos experimentados en nuestra ciudad, que me han dejado un mal sabor de boca. 
Lo último que quiero es perjudicar a mi partido, por eso he decidido guardar silencio y no he ansiado en buscar las respuestas que me hubieran llevado  a la explicación sobre cómo es posible que aquellos que me insultaron y juzgaron, por votar en el Comité Federal por la abstención y así desbloquear el país, hayan querido justificar un acercamiento al Partido  Popular, para arrinconar a Vox, cuando en Ceuta si no hay una mayoría alternativa gobierna la lista más votada. De ahí que me sorprendiera, que no es lo mismo a que no me alegrara, que el PSOE  ocupara la Vicepresidencia Primera, gracias a un voto de los de Vivas. 
Echo en falta una proyección consolidada de una auténtica oposición. 
Por ejemplo, y a punto de empezar una nueva andadura, me resulta difícil entender que la Asamblea en su conjunto esté más preocupada por el número de asesores que van a disponer cada grupo, que por los últimos datos que han salido sobre la pobreza. Esa es la política que hay que acordar, ese es el entendimiento que hay que tener, la de búsqueda de soluciones para los problemas de siempre. Ahora tenemos la oportunidad de gobernar desde la oposición y llevar a cabo todo lo planteado durante tantos años. Hay que acabar con la política de las subvenciones, con el clientelismo y el trueque de las sociedades municipales. Por eso,  espero y confío que la contrapartida sobre cargos sea un mal rumor. Y deseo que exista una auténtica reflexión sobre cómo no podemos ser un referente para una ciudadanía que pasa verdaderas necesidades, con tantos Directores Generales y Viceconsejeros. 
Cuando algo es difícil de explicar, es porque es imposible de entender. 
Y termino deseando al PSOE de Ceuta toda la suerte del mundo, tenemos el ejemplo de Melilla, así que todo es posible.

viernes, 14 de junio de 2019

ANTE LA DUDA, LA MUJER SIEMPRE SERÁ LA CULPABLE.

Y luego dicen que parte de la sociedad no es machista. Lo es, y lo es en el primer momento que buscan minimizar la violencia de género y justificar un intento de asesinato. Estoy cansada de escuchar excusas y motivos que intentan disfrazar lo que ha ocurrido en Ceuta. Porque quieran o no un hombre ha intentado, delante de su hijo, acabar con la vida de su mujer. Él se ha creído con la potestad suficiente como para lanzar contra ella cuatro disparos que, como he llegado a leer, únicamente fueron dirigidos hacia las piernas. 
¿Pero qué sociedad enferma es capaz de reproducir que la intención de él no era la de acabar con su vida, porque los disparos no fueron hacía las partes más peligrosas del cuerpo? 
¿Pero qué clase de sociedad enferma es capaz de convocar una concentración en memoria de un hombre que ha creído que con la violencia se puede solucionar cualquier problema? El dolor de esa familia es normal. ¡Claro que hay una familia destrozada por una pérdida! Pero, ¿qué buscan las personas con la concentración? ¿Qué pretenden reivindicar? 
Para la gente parece ser que ella era la guarra que se quedó con todo y él un pobre desgraciado sometido a tanta ansiedad, que no le quedó más remedio que sacrificar su vida para no tener que seguir soportándola. Eso sí, no sin antes advertirle con un pequeño susto de nada, a modo de vaquero, que la culpa era de ella. Y todo eso,  mezclado con lo que describen su círculo más cercano,  hace que  la gente lo esté condecorado en las redes con la medalla del honor. ¿Y si por alguna casualidad fuera verdad lo que cuentan? ¿Eso valida  lo que hizo? ¿Nos compramos todos y todas pistolas y nos ponemos a pegar tiros por ahí? 

Pues lo siento, lamento ser tan tajante, pero ante la violencia siempre hay que tener tolerancia cero. Y el dato objetivo es que la Policia Nacional y la Delegacion del Gobierno ha contabilizado este caso como un suceso enmarcado dentro de la violencia de género. El resto son " peros y conjeturas" del mundo patriarcal en el que vivimos, que es lo único que condeno. Un mundo patriarcal  que hace que a diario una mujer sea maltratada. 
El único problema que hay aquí es que van 1000 mujeres asesinadas desde el 2003. El único problema que hay aquí es que seguimos teniendo una sociedad que no ha entendido qué es la violencia de género y que ésta no consiste en una lucha entre hombres y mujeres, no. La violencia de género, distinta a cualquier otra violencia ejercida también por una mujer, porque las feministas sí reconocemos que las mujeres no siempre tienen la razón  ni la verdad absoluta y que también son capaces de hacer daño, es la que se ejerce contra el género femenino por ser mujer,  por una relación de desigualdad y con el único fin de controlar. El poder. 
Y no, no insultan, coaccionan, amenazan, intimidad, agreden, manipulan o asesinan porque están presionados, porque han bebido, por cultura, por la edad, porque ellas se desmarcan más de la cuenta, no. Maltratan porque son unos machistas. Machistas escoltados por una sociedad que me asquea y me avergüenza.   
Es frustrante salir a la calle o sumergirse  en las redes y ver cómo la ponen a ella de culpable y a él de víctima.
¿Y por qué lo hacen? 
Porque de repente han descubierto en Ceuta que un hombre que es capaz de intentar asesinar a su mujer no es un loco que va por la calle con el cartel de maltratador, no. 
De repente han descubierto que ese hombre tenía una vida, tenía amistades, unos familiares. De repente han descubierto que incluso hasta puede ser "una persona normal" capaz de tener relaciones maravillosas con todo el mundo y que no lo convierte, por ello, en un damnificado, ni a ella en una mentirosa. 
Bienvenidos al mundo de la realidad, porque en la mayoría de los casos es así, el maltratador está en nuestro entorno y puede ser el que menos te lo espera. 
Y por último, por supuesto que hay que hablar de Vox cuando se contabiliza un caso de violencia de género. Ya hubo que hacerlo en el mismo momento que propuso quitar la Ley Integral contra la Violencia de Género y perseguir a quienes trabajan para erradicar esta lacra. Hubo que hacerlo desde el mismo momento que pretendieron terminar con el presupuesto de igualdad, atacar a las feministas y potenciar las denuncias falsas. Y había que hacerlo ayer, cuando se condenó lo sucedido en Ceuta, al pactar con el Partido Popular y Ciudadanos convertir en Andalucía la violencia de género en intrafamiliar, cuando son dos violencias distintas y, por tanto, necesitan tratamiento diferenciado. 
Cuando se hizo el referéndum ilegal en Cataluña, ¿tampoco había que usarlo como modelo para exigir el no pactar con los partidos independentistas? ¿Cuándo hemos sufrido los atentados de ETA, tampoco hay que hablar de ello para no acordar nada con Bildu? 
¡Ah! Es que eso sí daña la integridad territorial y el honor de España. 

Y no os confundáis, no estoy haciendo culpable a Vox. Estoy hablando de política y la política debe de servir para potenciar la igualdad, no para acabar con ella. Por eso recalco que hay que poner un cordón sanitario a quienes quieren acabar con los derechos consagrados de años de lucha. 
Si hay límites y no hay que sentarse con quienes quieren romper la unidad de España o con quienes han justificado un terrorismo, ¿por qué hay que hacerlo con quienes no han entendido que también existe el terrorismo de género?
Quizás porque, como dice un amigo mío, hace falta mucha pedagogía.