viernes, 29 de noviembre de 2019

LA VIOLENCIA NO TIENE GÉNERO, PERO EL GÉNERO SÍ TIENE VIOLENCIA

Ahora que ha pasado el tiempo y he podido reflexionar sobre los últimos acontecimientos, puedo dar fe de que Ceuta ha despertado al movimiento machista y patriarcal. A día de hoy se nos puede acribillar de insultos y amenazas, que no pasa nada. Hoy por hoy se puede sembrar el discurso del odio contra quienes defendemos el feminismo y quedar inmune, cuando ni siquiera saben lo que es el feminismo. 
Por suerte o por desgracia sé lo que es la violencia de género, por vivencias, pero también por formación. Por respeto, el mismo que no han tenido conmigo, no voy a dar mis argumentos sobre unos hechos concretos que bien merecen un análisis más profundo, más que un perdón, que también, pero no disfrazado del misógino más reaccionario. No escondido detrás del discurso falaz de las denuncias falsas y la criminalización sobre las mujeres, como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia. 
Quizás, si a la gente le diera por preocuparse y ocuparse de una de las mayores lacras de la sociedad, no existiría la mínima duda sobre la violencia de género, una violencia que consiguió tener el respaldo estatal hasta que llegó Vox. Hasta el momento nadie se atrevió a poner en duda la existencia de una violencia sistemática y estructural contra las mujeres, por el hecho de ser mujeres. Hasta el momento nadie se había  atrevido a no secundar las declaraciones institucionales y a romper el consenso de unidad contra el terrorismo machista, hasta que llegó la ultraderecha. Y no les culpo a ellos, culpo a los partidos que tienen la oportunidad de hacerles un frente común y lo blanquean, culpo a quienes dan alas a sus ideas y a quienes no han sabido desmontar cada una de sus mentiras. 
La Fiscalía abrió 14 investigaciones por supuestas denuncias falsas durante todo el año 2018, lo que suponen un 0,0083% del total de las 166.961 denuncias que se presentaron el año pasado, según se desprende de la Memoria de la Fiscalía General del Estado del año 2018. 
Desde el año 2009 se han registrado un total de 97 condenas por denuncia falsa, lo que supone un media del 0,0069% sobre el total. 
Las víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de año hasta noviembre de 2019  ascienden a 52, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Un total de 38.619 mujeres aparecen como víctimas de violencia de género en las 40.319 denuncias presentadas en los órganos judiciales durante el primer trimestre de 2019, según los datos proporcionados por el Servicio de Estadística del CGPJ.
Durante el primer trimestre del año se solicitaron 10.922 órdenes de protección, incrementándose así la cifra de 10.455 órdenes solicitadas en el mismo periodo de tiempo del año anterior. Durante el primer trimestre de 2019, los órganos judiciales españoles dictaron un total de 13.187 sentencias penales en el ámbito de la violencia de género, de las que el 68,6 por ciento (9.043) fueron condenatorias, lo que supone un incremento de 0,1 puntos respecto a las sentencias condenatorias dictadas en el mismo trimestre de 2017, que representaron  un 68,5 por ciento del total.
Y podría seguir dando datos y cifras, pero prefiero instar a ese partido que se proclama defensor unilateral de la unidad territorial a que ponga en valor a lo organismos estatales a los que se debe, y que deje de cacarear los mitos falsos que esconden una mentalidad retrógrada y algo primitiva. 
Que nos castiguen voceros con miedo a perder sus privilegios, a través de palabras y estadísticas inventadas es soportable, pero que éstas sean avaladas por un partido que se dice que es constitucional, mientras anuncia sin pudor medidas antidemocráticas o desmonta a todo un Poder Judicial, es para hacérnoslo mirar como sociedad. 
La violencia no tiene género, pero el género por supuesto que tiene violencia. Y se llama así, violencia de género, porque es la que se ejerce contra la mujer por ser mujer. Es el extremo de la desigualdad. Es la última vertiente del poder . Negar esta realidad es dar invisibilidad a un problema, es ocultar la historia del feminismo y cómo las mujeres han ido adquiriendo derechos. Es no querer acabar con él, con el patriarcado. Es absurdo negar una realidad concreta con una generalidad. Pongamos que alguien dice que el Sida, hoy que se celebra su Día Mundial, es una terrible enfermedad a la que hay que combatir,  y es contestado con la afirmación de que todas las enfermedades son malas. ¿ A que nunca os habéis visto en esa tesitura? Evidentemente que no, y no lo habéis hecho porque no hay nadie que niegue la realidad de hacer frente a la lucha contra el sida, a través de investigación, la prevención y el tratamiento especializado. Hay interés real de acabar con esta enfermedad y ninguna mente humana pretende minimizarla y quitarle su importancia, aunque sepamos que existen otras enfermedades. ¿Por qué lo hacemos entonces cada vez que asesinan, violan, humillan, o  acosan a una mujer? ¿Por qué lo hacemos cada vez que pedimos igualdad salarial? ¿Por qué lo hacemos en el momento que exigimos cuotas de representación? ¿ Por qué lo hemos hecho el 25 de noviembre? 
Que no nos ganen la batalla, no permitamos caer en la trampa. Más de mil mujeres han perdido la vida a mano de sus parejas o ex parejas. O estás contra esta lucha sin matices ni peros, o estás  perpetuando la continuación de sus asesinatos. No hay más. Aquí no hay matices. 
Y defender esto no me hace ser insensible ni ajena al resto de violencia. No es una guerra de sexos, no es una lucha de mujeres contra hombres, es la batalla de mujeres y hombres, juntos, a favor de la igualdad real. 

viernes, 8 de noviembre de 2019

El fascismo ya está aquí. Tú lo puedes parar.

Bien sabe quienes me conocen que nunca estuve conforme con la repetición electoral. No hay justificación, así que no voy a perder estas líneas en marcar un argumento que ni yo misma me lo creo. Y no, tampoco voy a culpabilizar a otra fuerza política porque todos los partidos, todos, son responsables de la situación de bloqueo en la que nos encontramos. Nadie vota para que no exista un Gobierno, la gente vota para que quienes han decidido ocupar la primera línea política se entiendan, cedan, y lleguen a un punto común de acuerdo que permita mejorar la vida de la gente, que es el único fin por el que se deben de presentar a la política. Aclarado este punto y dando por hecho que la sociedad ya hizo los deberes al no dejar, ni en Ceuta ni a nivel general, que Vox pasara y que la derecha sumara el pasado mes de abril, toca volver a demostrar que tenemos mucha más responsabilidad que los que tienen que dialogar tras el 10 de noviembre
Llevo días preocupada, y lo estoy porque no concibo que un partido como Vox tenga cabida en las conversaciones de ciudadanas y ciudadanos que no esconden su xenofobia, su machismo y su fascismo. Y la culpa no es de Abascal y sus discípulos, no, la culpa es de aquellos partidos que han consentido gobernar con ellos. La culpa es de los que no han aprovechado la oportunidad para desmentir cada uno de los datos que han lazado y siguen bombardeando sin pudor y de una manera sumamente calculadora. Auténticos martillazos contra los tímpanos son los mitos falsos que vomitan los micrófonos de la ultraderecha. 
Además, saben hacerlo a través de la técnica de la serpiente envenenada que disfraza con sonrisa, pose y suavidad el rejón del odio. Pues no, ya está bien de tener complejos. Ya está bien de hacer creer que la Patria y la defensa de la unidad territorial  corresponden únicamente a quienes levantan el puño y empapelan los sitios con la bandera. Ya está bien de hacer creer que a la izquierda no le importa los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Ya está bien de manipular con el convencimiento de que la izquierda permite y favorece la inmigración irregular. Ya está bien de insistir en el hecho de que la izquierda antepone el independentismo al interés común por una cuestión partidista. Ya está bien de frivolizar con Bildu y hablar en nombre de las víctimas de ETA, como si el resto no hubiera sido perseguido o hubiera sufrido atentados. Ya está bien de mentir sobre la inmigración, de sembrar el miedo y el odio, y de jugar con la violencia de género. Ya está bien de aprovecharse del hartazgo de la gente, de sus necesidades y desesperación. Ya está bien de hablar en nombre de la justicia para reproducir mensajes sacados de la Falange y de traer el franquismo y la dictadura acaramelada otra vez a la actualidad. Ya está bien.
No es real que la sanidad de las personas inmigrantes cueste el dinero de las pensiones. No es real que la mayoría de las violaciones sean llevadas a cabo por inmigrantes. No es verdad que el hombre esté en desventaja sobre la mujer y no es verdad que hayamos removido el dolor a sacar a un dictador del Valle de los Caídos. No voy a dar los datos estadísticos porque entiendo que quienes estén leyendo estas líneas tienen la inteligencia suficiente para buscarlos personalmente y contrarrestar la información. No voy a seguir en el bucle de la desinformación, porque la única verdad que hay es que la inmigración ha enriquecido la economía del País. La única verdad que hay es que no son criminales y que a los criminales ya se les condenan. La única verdad que hay es que nuestras fronteras ya se defienden, que se combaten a las mafias y se trabaja para que la inmigración sea ordenada y regular. La única verdad que hay es que la Ley de Violencia de Género salva vidas. La única verdad que hay es la de la Constitución y la Justicia, pero no para usarla exclusivamente contra Cataluña para olvidarse luego, por ejemplo, de la Memoria Histórica o de las Autonomías de las regiones. 
Y en Ceuta, si queremos seguir disfrutando de la democracia y la libertad, y no queremos perder todos los derechos consagrados ni romper nuestra Convivencia, hay que volver a arrasar en las urnas.
El PSOE, con Pepe Simón a la cabeza, tiene la llave de la concordia y la igualdad. No únicamente porque es el único partido que puede frenar esta ola ultraderechista, sino porque su talante y humildad harán posible el entendimiento necesario para la estabilidad. Ha sido el único político que ha pedido perdón y ha reconocido el fracaso, y creo que no hay mayor valor para avanzar que ese. Y también por su trabajo. Un trabajo que no va de titulares sin valor de ejecución o promesas vacías, sino de realidad. Quienes estamos a su lado sabemos que Ceuta ha ocupado una posición prioritaria en la defensa de nuestra educación inclusiva, la igualdad  y la sanidad. Si esto no fuera así no lo diría, bien sabéis que llevo tiempo callada en política. Pero cuando hay que luchar por un ideario limpio y transparente, no hay desafección que lo impida. 
Y termino para decir que no me importa que me llamen la roja feminista. No me importa que se rían de nuestro buenismo y no me importa que me acusen de intolerante cuando pongo línea roja a Vox.  Y no me importa porque prefiero mil veces estar al lado de la lucha contra el patriarcado, del diálogo en Cataluña,  y de la defensa de los Derechos Humanos, que al lado de la inhumanidad y la bajeza moral de la superioridad de la raza y el género, que es lo que rotundamente destruye nuestra Patria. 
Mi patria son las personas, mi bandera los valores. 
Mis principios la dignidad, la libertad y la fraternidad, y éstos no tienen precio.