sábado, 4 de abril de 2015

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SU OBJETIVIDAD


"No ya mensajes, hay mensajeros/as, así como el amor es el que ama". [Julio Cortázar]
Leer y ver las noticias con un buen café. Una sensación placentera si no fuera por la fugaz subjetividad con la que algunos medios de comunicación inundan el panorama de la información. Alguien podría decir que la neutralidad no existe, que se podría aspirar a ella, que es difícil no posicionarse e implicarse en las informaciones que se transmiten, ya que desde el mismo momento que se decide qué contar y cómo hacerlo, ya se está exponiendo a la parcialidad. Pero yo creo que sí es alcanzable, exclusivamente hay que transmitir una información
que refleje la realidad, los hechos, lo sucedido, o las notas de prensa tal cual que otros y otras quieran trasladar. Y hacerlo sin opiniones ni reflexiones personales. La ciudadanía quiere sacar sus propias conclusiones de unas noticias, no quiere ser manipulada por el poder o por quien subvenciona en esos momentos el medio. Y es que, debajo de esta extraña idea de objetividad, se pone de manifiesto siempre una visión de la política como algo negativo, destructivo, dañino y sesgado. Nunca entendí esa parte del periodismo, esa que se cree con el lujo de influir y no informar. Cuando subvencionan a un medio de comunicación lo hacen con el dinero de todos y de todas, no con el dinero del Gobierno. ¿Qué significa esto?, que estos medios tienen que estar libres de ideologías, de prejuicios y, sobre todo, de mentiras. Entrevistan que hacen para luego manipular o parecer que, en vez de ser una persona entrevistada, estas debatiendo con la oposición. Periódicos que guardan en correos no deseados algunos comunicados. ¿Cómo se llama al hecho de abrir un medio y no encontrarte con la nota de prensa del PSOE, por ejemplo? ¿Cómo se llama abrir la primera página del periódico y encontrarte a la editorial obsesionada con, digamos un nombre, José Antonio Carracao?
Creo que a nadie le hace falta que, en esta nota de opinión, exponga cuales son esos medios y en qué circunstancias se han saltado el código deontológico. Creo que quien vive en Ceuta es suficientemente inteligente como para no dejarse manipular por quienes deciden recrearse, de una manera mezquina, no solo contra partidos políticos, también contra sus líderes. Ya lo decía el escritor y periodista Emmanuel Lizcano "hay que desechar la hipócrita pretensión de objetividad y la mentirosa división de los géneros en informativos e interpretativos, asumiendo la ineludible, y convincente, subjetividad de un lenguaje que debe tanto informar, interpretar y comentar, como valorar, profundizar, criticar y sugerir".
Yo me niego. ¿Dónde está el límite? Juzguen ustedes y si estáis conmigo, hagámoslo posible.

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