"-Cuando yo uso
una palabra - insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso -
quiere decir lo que quiero que diga..., ni más ni menos
- La cuestión es -
insistió Alicia - si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas
diferentes.
- La cuestión -
zanjó humpty dumpty - es saber quién es el que manda.
Eso es todo
"
(Alicia a través del
espejo)
Lewis Carrol,
s.XVIII
¿ Por qué las connotaciones machistas del lenguaje pasan
inadvertidas, se consideran anécdotas y no le damos la importancia
correspondiente?.
Si escuchamos decir que las mujeres son como las Leyes
porque podemos violarlas, nos asombramos y asustamos porque la violación
es un delito, y como tal... hay que condenarlo. Pero si el diputado Márquez
compara a Carracao como una Zorra que se come las gallinas, no pasa nada. ¿Y si
pasara?, ¡si saliéramos públicamente a criticar esa expresión y a pedir una
rectificación!..... , nos llamarían exagerad@s, alarmantes e incongruentes
porque lo que ha querido decir es un simple refrán, algo inoportuno pero alejado
de la idea concebida del lenguaje sexista y machista.
Pero ¿por qué no llamó Márquez a Carracao Zorro?
Evidentemente el hecho de llamarlo zorro sería aceptar la astucia, valentía y
genialidad de nuestro Secretario General y eso, no podía ser.... así que
lo llamó Zorra, es decir, prostituta que se come o vende por cualquier cosa a
cambio de conseguir o justificar algo.
¿Y qué quiero decir con todo esto?
Que personalmente no lo acepto, que lo critico más allá
del matiz político porque no quiero que se siga valorando, asimilando y justificando
el rechazo hacia la mujer.
Soy de las que pienso que hay que forzar el cambio, hay
que salir a reflejar cada uno de estos errores de comunicación porque el
lenguaje es la clave para la transformación de las ideas y éstas, a
veces.... esconden las más crueles de las expresiones patriarcales de la
historia. Refranes sí, pero refranes que situaban a las mujeres en la peor de
las partes.
Como decía un reconocido sociólogo, no hay ningún
aspecto de la actividad humana que no esté recorrido por las desigualdades de
género.... y la lengua, esa herramienta imprescindible para nombrar la realidad,
no sólo no es ninguna excepción, sino que es un arma fundamental de
poder.
Y este poder condiciona las
palabras, las convierten en conceptos que son diferentes según se refiere al
género masculino o femenino. ¿Aceptarlo? No, gracias.
Hoy me ha
dado por reflexionar esto, al igual que lo hice en el Facebook con el respeto,
el cuerpo y los piropos. Estoy cansada... cansada de que la mujer sea objeto
sexual, cansada de las miradas acosadoras, cansada del hombre que babea
constantemente y se dirige a la mujer con la gracia insinuadora para.... Pues
sí, hoy me ha dado por ahí... pero ¿invitamos a reflexionar?
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