viernes, 20 de febrero de 2015

¿Y quién es él? El señor Carreira

Mientras la ciudadanía vive asfixiada ante una realidad social que se nos ha escapado de las manos, de los pies, de la cabeza, y hasta del propio corazón, existen personas dedicadas al mundo de la política que la denigra, la desacredita, y la mancilla. Estas personas, salidas del pozo mercantil, provocan  que los políticos y las políticas hayamos perdido veracidad y esto, permitidme que lo diga, solamente hace perjudicar la posibilidad de cambio que nada más la política puede dar. La política es imprescindible, es primordial. La política es el arte del buen Gobierno y gobernar no es ocupar cargos sino dirigir todos los esfuerzos hacia un mejoramiento colectivo económico, social, cultural, educativo, igualitario y de libertades.
Por tanto, nunca me gustó la soberbia de quienes se creen que lo saben todo, mucho menos de quienes han dejado de buscar lo mejor para la sociedad, para convertirse en una empresa privada que busca favorecer a los propios y perjudicar a los contrarios. Y si encima, además de vivir a espaldas de los ciudadanos y las ciudadanas, no saben qué quieren ni a dónde van, caminan en círculo como el burro de la noria, matan “políticamente hablando” al que sí tiene algo que aportar, nos iremos alejando y disociando cada vez más de las personas. Por eso, no quiero callarme ante el atropello verbal y moral. Por eso, no me da la gana permitir que deslustren todo el esfuerzo que hacemos de manera diaria los que sí creemos en lo que hacemos. Me niego a que mancillen nuestras ilusiones, nuestras energías, el sentido de nuestro trabajo, nuestra dedicación, y nuestro sacrificios personales. Por eso, no quiero dejar que nos sigan metiendo en el mismo fardel a quienes usamos la política como complemento e instrumento de cambio, y no como instrumento de poder.            
Y sí, se me viene un nombre, Carreira ocupa el puesto más alejado de la ética política. Carreira, hombre sin escrúpulos, ha entrado en un juego vicioso de ataque contra el que será el próximo Presidente de la Ciudad, José Antonio Carracao. Carreira es ese personaje que monta en el burro de la noria, ese que da vuelta sin cesar junto a su propia inconciencia. Carreira, ese político que contamina la política, el que aún no se ha enterado que no le pagan con dinero público para calumniar o insultar, que le pagan para servir, explicar y argumentar. Dignificar la política, se llama, y hay personas que no saben, no pueden, o no quieren estar a la altura de la democracia.
Pero Carreira no sabe que sus abordes son puntos para el socialismo.  Y es que, Carreira no tiene absolutamente nada político que recriminar al PSOE de Ceuta. Por eso usa la pataleta del mal perdedor. Por eso sus continuos ataques personales. Por eso ha entrado en la rutina de la bajeza moral contra quien considera que es su único adversario, contra el único capaz de hacerle desbancar, contra José Antonio Carracao.
Y para que la gente me entienda, hago referencia a las tres obsesiones del portavoz del Gobierno, obsesiones que caen por su propio peso pero que no voy a dejar de contrarrestar: ni José Antonio Carracao es un niño de papa, ni José Antonio Carracao ha cobrado del Senado sin ir a trabajar, ni José Antonio Carracao está destruyendo al PSOE de Ceuta. José Antonio Carracao entró en política por mérito propio y elegido democráticamente mediante Congreso y Primarias, algo que no ha sucedido con Carreira. José Antonio Carracao ha convertido al PSOE de Ceuta en la única alternativa al desgobierno actual. José Antonio Carracao es funcionario de la Administarción local y, por tanto, no vive de la política, vive para la política. Y, por último, más quisiera los dos Senadores de Ceuta y el Diputado Márquez hacer ni la mínima parte del trabajo desarrollado por José Antonio Carracao, en el Senado y en el Congreso.
Así que, menos lobo caperucita y más ética política. En definitiva, más templanza, más prudencia, y más justicia.  

Sandra López Cantero


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