Cuando una siempre
viene de un Comité Federal llega con las pilar cargadas para sembrar y afianzar
lo acordado. Tengo la mirada puesta en las próximas elecciones generales para vestir
a España de rojo pasión. Sí, pasión socialista. Así tiene que ser el PSOE, un
partido de izquierda, de coraje, de valentía, de ideas claras y de aportación a
una sociedad manchada por la desigualdad, la corrupción, el egoísmo y la
ambición de poder.
Me siento
orgullosa de que el Comité Federal, máximo órgano entre Congreso, haya estado
exclusivamente dedicado, además de aprobar el proceso de elaboración de
candidaturas de los Diputados y Diputadas al Congreso y al Senado, en poner
sobre la mesa cuestiones tan importantes para algunas personas y ofensivas e
insignificantes para otras.
Una ofensa
motivada, seguramente, por la doble
moral de quienes, para mí, no tienen categoría humana y se preocupan más en
vestir al santo que en calzar al prójimo.
En las últimas
semanas, la Unión Europea ha mostrado su peor y su mejor cara ante la crisis
migratoria de centenares de miles de refugiados que escapan de la guerra en
busca de protección y de asilo. Y una
vez más, el PSOE ha estado a la altura de las circunstancias y ha planteado un
acuerdo social, político e
institucional, para la protección y acogida humanitaria a las personas
refugiadas.
Y no, mis declaraciones no son exclusivamente teóricas
o de cara a la galería porque cuando hemos vivido de cerca la experiencia de
tener a familias sirias acampadas en la plaza de los reyes exigiendo sus
derechos, no sólo hemos estado allí con ellas, sino que hemos movido
iniciativas legislativas parlamentarias, plenarias y denuncias públicas que han
puesto en evidencia la falta de respuestas
por parte de la Ciudad y la Delegación.
¡Ironías de la
vida!
También, en el
Comité, se habló de la violencia de género. Sí, eso que se aborda siempre en el
apartado de sucesos y nunca en el de política.
La violencia de género es la mayor causa de vulneración de los derechos
fundamentes y las libertades públicas. El terrorismo machista constituye un
atentado contra el derecho a la vida, contra la seguridad y la democracia. Por
eso, desde el PSOE se ha pedido un pacto, un acuerdo que, por cierto, llevamos
años planteándolo también en Ceuta, sin éxito, pero con la certeza suficiente
de que no vamos a dar nuestro brazo a torcer en una cuestión tal vital para la
dignidad de una sociedad.
Así que, en el
primer Comité Federal del nuevo curso político, en el que dábamos el
pistoletazo de salida para alcanzar el Gobierno de la Nación, estuvimos
hablando y mencionado aquello que nadie quiere tocar, pero tampoco se quiere
mantener al margen. Voy a explicarme mejor, liderar un movimiento social
humanitario queda bien de cara a la ciudadanía, pero la realidad luego viene
enmarcada en el día a día y como dice Judith
Butler “cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una
libertad basada en la igualdad”. ¿El Partido Popular la lidera? No. ¡Sigamos en
la lucha, pues!
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