Búscome denuncia, en el Día Internacional contra la Trata
de Personas con fines de Explotación Sexual, que “Ceuta no tiene un Plan Integral
que actúe contra la prostitución, a pesar de ser una realidad visible y
palpable en nuestra ciudad”. “Y es que, - según denuncian desde la asociación,
Ceuta no se diferencia del resto del territorio español que sí cuentan con
protocolos de actuación, por lo que esta inacción de las personas encargadas de
poner en marcha estos recursos demuestra la falta de voluntad de acabar con la
violencia contra la mujer y de no afrontar una situación que denigra a las
víctimas de la explotación, mayoría mujeres y niñas”.
“Desde Búscome siempre hemos tenido claro el papel que
deben representar los poderes públicos respecto a la explotación sexual, y
siempre hemos considerado la prostitución como violencia de género o violencia
contra la mujer, como una violación de los derechos humanos y como otra muestra
más de opresión patriarcal que coloca al hombre del lado del dominio y a la
mujer de la sujeción”. Por eso. – continúan, “ es desconsolador observar que no
se haya lanzado ni tan siquiera, en el día de hoy, un mensaje de
sensibilización, teniendo en cuenta que las víctimas de este abuso ven privados sus
derechos más básicos, como el derecho a la vida, a la seguridad, a la
integridad física, a vivir sin sufrir violencia, a la libertad sexual y reproductiva,
o a tener una infancia y adolescencia libres”.
Por todo ello,
Búscome reivindica, al igual que el resto de asociaciones feministas, que “los poderes públicos sitúen los derechos
de las víctimas de trata dentro de sus prioridades políticas, para darles una
atención adecuada que garantice su protección, asistencia y reparación de los
daños sufridos; el compromiso de todos los agentes implicados en el problema,
especialmente cuerpos y fuerzas de seguridad y del sistema judicial; la visibilización
de la violencia sufrida por las víctimas de la trata con fines de explotación
sexual, tanto por parte de las redes y mafias como en los círculos de la
prostitución, y ampliar los niveles de protección para aumentar las denuncias
de dichos delitos; la sensibilización por parte de los medios de comunicación,
evitando la publicación de anuncios de contactos, que encubren en muchos casos
a redes organizadas de explotación sexual; el reconocimiento legal de la
prostitución como violencia de género y como base de la existencia de la trata
de personas con fines de explotación sexual; el rechazo social del demandante
de prostitución, principal causante de la trata de personas con fines de
explotación sexual; y trabajar en el ámbito de la prevención incidiendo en las
raíces culturales de la demanda de prostitución”, concluyen.
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