Búscome denuncia " un caso claro de dejación de funciones por parte del INGESA, tras enterarnos que un niño menor de Ceuta, con trastornos graves de la conducta, ha tenido que interrumpir su medicación y dejar a medias el tratamiento a raíz de que la psiquiatra infantil del Hospital dejara su plaza sin que aún haya sido sustituida".
"Estamos hablando de un menor con posible autismo e hiperactividad, con brotes fuertes de ansiedad, que estaba siendo evaluado por parte de dicha psiquiatra para ver qué medicamento le venía bien para poder tener una vida lo más normalizada posible. Todo el mundo que entiende de esto sabe que las dosis se van aumentando e intercambiando, y que un tratamiento no se puede dejar a medias porque los efectos secundarios son muy peligrosos", explica la asociación.
Búscome dice que " la familia está desesperada porque no saben qué camino emprender. El niño cada vez está más alterado y es difícil de controlar. Desde pediatría le han derivado a Algeciras de manera urgente y aún lleva esperando semanas y semanas sin fecha a corto plazo para que lo vean desde allí. También han intentado acceder a un seguro privado, asegurándole a la compañía pagar si es necesario el doble de la cuota para que el menor pueda ser derivado a neurología infantil o visto por algún psiquiatra, y lleva también más de un mes sin recibir ningún tipo de respuesta".
Además, " en unos de los brotes fuertes que le han dado, la familia tuvo que llevar al niño a Urgencias que fue atendido de manera inmediata, sin que ningún tratamiento le valiera para calmarse. El psiquiatra de guardia, según cuenta la familia, únicamente atendía a las llamadas de los especialistas de urgencias y le decía lo que tenían que poner al paciente, sin que en ningún momento fuera a verlo o le citara para el día siguiente, al no tener porqué atender a alguien que no sea adulto".
"Mientras INGESA permite la inexistencia de un área tan importante, como es psiquiatría infantil, esta familia tiene que soportar rabietas en la calle que únicamente pueden ser frenadas en última instancia llamando a la ambulancia, quejas de los vecinos por los chillidos del chiquillo y pataletas difíciles de paliar, por no haber nadie en Ceuta que le diga a esta madre qué tiene que tomar su hijo", dice la asociación.
"Creemos que el tema es bastante grave como para que quede en una simple reivindicación en prensa. Es necesario que las autoridades competentes se sensibilicen, expliquen esta situación y hagan todo lo posible para no dejar desamparada a quienes están indefensos y carecen de un derecho fundamental, como es la atención sanitaria sobre todo hacia los más vulnerables. No podemos permanecer más sin esta área, mientras presumimos de que todo funciona bien".
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