domingo, 19 de junio de 2011

Como las bolas de billar...

Diez piedras de distintos tamaños colocadas en línea no tan recta, nunca me gustó lo lineal... cada una de ella llevaba un número alterno, no me gusta mucho el orden establecido de las cosas, y todas a la vez un pensamiento. Según el orden de mis prioridades las fui cogiendo de una en una y las coloque en orden a mis necesidaddes: 4, 9,5,2,6,7,3,1,10,8.... el número 4 es mi máxima satisfacción y por lo que debería de centrar toda mi atención junto el 9, el 5, el 2, y el 6.... Quizás es curioso, pero si lo comparamos con la vida, a veces el número 1, quién nos acompaña siempre, quién comparte una vida con nosotros, y a quién todo el mundo relaciona con un@ mism@, a veces es lo más lejano que tenemos.... Las circunstancias te ponen vivencias, personas, situaciones por las que valdría la pena empezar de nuevo.... Empezar no es fracasar, más bien todo lo contrario... El problema viene cuando nos empeñamos en ordenar los números por convicción, deber, compromiso, y lógica de cómo se deben de hacer las cosas.... sea lo que sea, hoy pude comprobar que la igualdad es un concepto demasiado amplio. Incluso podemos entender la igualdad en el concepto de pareja, amistad.... "no es lo mismo" el trato es disperso, diferente y discriminatorio para quién no tiene el número 1.... Así que me voy con mi 4, a donde me quieran colocar "sin condición".

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