sábado, 4 de junio de 2011

UNA INVISIBILIDAD PARA QUIÉN NO QUIERE VER

Hoy 4 de junio se celebra el Día Internacional de los Niños y las Niñas Víctimas Inocentes de Agresión. Y se lleva haciendo desde que en el 82 y tras la situación vivida en Palestina se decidiera conmemorar tal día para recordar que todavía tenemos la obligación moral y el deber de seguir exigiendo conciencia social ante unos hechos devastadores, pues cerca de la mitad de los 3.6 millones de personas que han muerto desde los años 90 en conflictos bélicos son menores. Otros 4 millones han quedado con grandes secuelas y lesiones cerebrales; 5 millones se han convertido en refugiados y 12 millones se han visto desarraigado de sus comunidades. A esto le sumamos un número mucho más elevado para reflejar los que han sufrido deterioro en su salud, nutrición y educación.
Pero desde la asociación Búscome y sin olvidar los hechos descritos anteriormente,  queremos aprovechar este día para recordar que también existen otros tipos de situaciones vividas por los y las menores que dejan, de igual manera, unas secuelas irreversibles en el desarrollo psicológico y emocional de quienes lo padecen: problemas de socialización y de integración en la escuela disminuyendo el rendimiento al tener dificultades para la atención y la concentración; síntomas de estrés postraumáticos como insomnio, pesadillas, fobias, ansiedad o trastornos disociativos; conductas regresivas como la enuresis o ecopresis; síntomas depresivos; dificultad para la expresión y manejo de las emociones adquiriendo en muchos casos los roles de víctima o de agresor por la posibilidad de repetir los patrones de conductas así como la interiorización de roles de géneros erróneos; asunción de roles parentales o protectores hacia la madre que no corresponde con los típicos de su edad. O en el peor de los casos la propia muerte del menor, en el 2010 murieron 4 menores.

Nos estamos refiriendo a los hijos y las hijas víctimas de violencia de género. Según Save the Children son 200.000 niños y niñas cuyas madres necesitan de una orden de alejamiento y cerca de 800.000 niños y niñas han vivido situaciones violentas dentro del hogar de manera directa o indirecta y sólo el 4% de ellos han recibido algún tipo de tratamiento. Consideramos que los gritos, los golpes, los insultos, las presiones, las coacciones, los gestos no verbales, las amenazas, las intimidaciones, el control que se produce dentro del hogar es presenciado  por los hijos y las hijas de una manera patente porque, a diferencia de los pensamientos de muchas personas, desde la Asociación Búscome sabemos, por haberlo vivido de cerca en muchas ocasiones, que los niños y las niñas si son conscientes de todo lo que ocurre a su alrededor y que si la madre ha conseguido salir con vida y ha podido decir BASTA, nadie decide por ellos y por ellas porque, en la gran mayoría de las ocasiones, y tras las sentencias judiciales, los hijos y las hijas siguen presenciando en los regímenes de visita lo descrito anteriormente, bien porque los padres han rehecho su vida, por el incumplimiento de la orden de alejamiento, porque ahora el control del poder sobre la madre es ejercido a través de los hijos y las hijas o simplemente por la exposición ante espacios o momentos ya vividos que les hacen revivir las experiencias.

Con esto queremos decir que a pesar de los grandes avances en igualdad y tras la implantación de La Ley contra la Violencia de  Género que ha posibilitado la atención y el desarrollo integral de las víctimas, ahora toca el turno de invertir los recursos, el tiempo, los estudios y las actuaciones para considerar a los hijos e hijas víctimas de violencia de género como víctimas directas del maltrato. Actualmente existe una falta de recursos económicos y humanos para atender a los y las menores y se necesita una mayor formación especializada en los y las profesionales. Además existe una falta de coordinación entre los distintos ámbitos de protección y atención como son los servicios sociales, judiciales, policiales, sanitarios y educativos. No se han adoptados medidas reales que garanticen sus derechos.

 Por tanto, desde la Asociación Búscome nos sumamos a las peticiones realizadas por las organizaciones que defienden los intereses de la infancia y  pedimos al Gobierno Central y a Ceuta como Comunidad Autónoma competente en materia de mujer que adopten un enfoque de derechos de la infancia en sus políticas públicas sociales y de igualdad,  reconociendo la condición de víctima en violencia de género y adoptando medidas necesarias para su desarrollo integral, garantizando la colaboración entre las distintas instituciones, promoviendo la inclusión de indicadores en las estadísticas oficiales sobre la Violencia de Género que visibilice la situación, el aumento de recursos humanos y materiales, así como la formación que  garanticen la posibilidad de una intervención real. De igual manera se necesita la elaboración de  sistemas importantes de detección y  prevención sobre todo desde los ámbitos educativos y sanitarios. Sólo así se cumpliría realmente el objetivo fundamental de la Ley.

“Dedicado a la niña de cinco años que recientemente ha perdido a su madre en Almería. A ella y a todos los niños y las niñas que viven el infierno del maltrato, porque podemos parar esto.

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