Quizás tenía que haberlo hecho mucho antes... justamente aquel día que me dieron la baja temporal en mi trabajo. Tuve unos días para meditar y para visualizar, como si de una película o un libro se tratase, mi propia vida. Cogí una caja y papelitos de colores cortados en trozos pequeños. En cada uno de ellos, un pensamiento, una vivencia, una frase dicha, una acción de esas tantas que me estuvieron acompañando durante los cincos años más duros de mi vida, aunque a la vez los más irrepetible y mágico, porque si para tener que tener a mi hija Ángela, tuviera que revivir de nuevo lo de esas cuatros paredes, lo haría una y otra vez aunque para ello tuviera que enloquecer.
Una vez metido todos los papeles en esa caja, saqué uno por uno mientras lo colocaba en el suelo en forma de espiral. Cogí el secador del pelo y simplemente lo encendí. Todo voló y justamente en ese momento nació de nuevo Sandra.
¿Y por que tenía que haberlo hecho mucho antes?.... porque no es hoy la primera vez que me siento a escribir. No es hoy la primera vez que reflejo algo, pero quizás si sea hoy la primera vez que quiero que quede grabado. Porque la memoria, aunque olvida no se va...
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