Y de repente, después de llevar toda una vida intentando que nadie te controle, te domine, te pare y te frene... sin saber ni cómo ni por qué, dejas de ser un ente individual para convertirte en parte de un todo que no lejos de ser maravilloso, social y luchador, a veces se le asoma unos pinchos que tal cómo dice la canción: duelen....
Y duelen por convicción, por utopía, por derecho, por dignidad, por igualdad... duelen porque aquello con lo que siempre has tenido presente para defender de una manera insaciable, se lo lleva el fuego de la hoguera de una noche de san juan...
Pero los restos de ceniza no se van y hoy no sopla el viento... los guardaré para cuando sienta el frío. El todo lo sentirá también....
jueves, 23 de junio de 2011
Dos y dos a veces no son cuatro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario