viernes, 25 de marzo de 2016

DEJEMOS DE“ HACER EL RIDÍCULO “ CON VAIVENES QUE ENTURBIAN EL FUTURO Y LA ESPERANZA DE QUIENES HAN DEPOSITADO SU CONFIANZA EN EL CAMBIO.

Recientemente estamos inmersos en una vorágine de comentarios despectivos entre unos partidos políticos y otros, que no ayudan al entendimiento para la formación de un Gobierno que, a mi juicio, debe de ser progresista y reformista. No voy a entrar en valorar si el acuerdo con Ciudadanos lo era, porque ya hice depósito de mi opinión en la urna cundo me dieron la oportunidad, pero sí quiero poner el énfasis en lo único importante que existe para ganar la credibilidad y el respeto, que es la coherencia y la sintonía entre lo que se defiende, se lucha, y se plasma en un papel.
Dicho esto, tampoco me gusta las lecciones de quienes se creen con el derecho de hacer patinar años de historia socialista, gente que han estado al frente de unas siglas y han perdido la vida por un ideario, personas que se levantan y se acuestan con la única intención de servir a una sociedad que demanda autenticidad, transparencia y honradez. Me gusta que se hable de políticas, de propuestas, de ideas, de confluencias. En cambio, no salgo de mi asombro cuando analizo ciertas actitudes impropias de personajes que están al mando de una dirección, pongamos que hablamos de Ceuta, para atacar indirectamente al PSOE. Que nadie olvide que fue Podemos, partido al que le tengo un gran respeto, sobre todo a sus votantes, quien no dudó en emprender una ráfaga de asaltes contra el socialismo. “La casta”. “La vieja política”. Que nadie olvide que fue Podemos quien interfirió en las negociaciones, ironizando con aires de superioridad la formación de un Gobierno, pidiendo carteras y sillones mientras las colas del INEM o del acceso a la sanidad amentaban sus cifras. Que nadie olvide que fue Podemos quien ha inducido a la investidura fallida por su actitud , su prepotencia y su falta de compromiso. ¿Consultó a sus bases su voto en contra, o el control del CNI?  Por tanto, que nadie dude que ha sido PSOE quien ha mantenido siempre la compostura, que ha sabido hacer frente a los lanzas y que lo único que ha hecho es defenderse ante un discurso avasallador e hiriente. ¿Qué esperaba la “nueva política”? Esa que también tiene discordancias internas. ¿Que íbamos a permitir la manipulación y la confusión? Se equivocan, como también se equivoca quien se atreve a mencionar la palabra “acoso hacia Podemos” en un artículo de opinión, sobre todo cuando esa misma persona no ha cesado de desprestigiar a unas siglas con las que al final se ha acabado uniendo para conseguir un trabajador. Un acuerdo que yo jamás lo hubiera permitido.
Dicho esto, salvo que estemos en campaña y todavía no nos hayamos enterado, dejemos, con todos mis respetos, de “ hacer el ridículo “ con vaivenes que enturbian el futuro y la esperanza de quienes han depositado su confianza en el cambio.
La política es mucho más que intereses ocultos. ¿Un Gobierno a cualquier precio? No, pero sí unos partidos a la altura de las circunstancias.  


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