Más accesibilidad para las playas

Nos sumamos a la reclamación para que las playas estén accesibles para las personas con movilidad reducida, pero no sólo las playas, todas las zonas de ocio, deporte y cultura de la ciudad que no cumplen con los mínimos exigidos por Ley. Pero en esa ocasión, nos queremos centrar en los anfibuggy que han dejado de prestarse en los servicios de playa. 
Existía una empresa en Ceuta que tenía disponible más de cinco anfibuggy para hacer posible que las personas con movilidad reducida pudieran disfrutar del agua en la playa, hasta que la Ciudad consideró que este servicio no era necesario. Estas son las cuestiones que no entendemos por parte de Búscome, el hecho de que un empresario con sus respectivos trabajadores ofertaba un ocio vital y necesario en nuestras costas, y el Gobierno haya considerado que estas personas, que no pueden acceder al agua de manera independiente, no tengan derecho a hacerlo.
Actualmente es Cruz Roja quien dispone también de estos aparatos en el Parque Mediterráneo, pero con los tres que tiene no pueden cubrir las demás necesidades y al final quienes se perjudican son las personas que están en sillas de ruedas, la mayoría menores que observan como otros niños sí pueden bañarse y ellos no. Esto ha conllevado a que muchas familias hayan dejado de ir a la playa, teniendo en cuenta el coste económico que supone el Parque Marítimo.
Instamos a la Ciudad a que recupere los anfibuggy en desuso que se encuentran en un local de los bajos del Mercado central y dotar de igualdad de oportunidades a la ciudad de Ceuta. Es lamentable que el Gobierno sea conocedor de todas estas carencias y no velen para la autonomía y la independencia de personas que se ven limitadas no sólo por su diversidad funcional, también por una Administración incompetente.
Por último, también mostramos nuestro malestar por las quejas que hemos recibido ante el escaso número de taxis adaptados que existen en Ceuta, un problema que se palia gracias a la colaboración de los transportes adaptados de cruz roja, pero que no sustituye del todo un servicio esencial y obligatorio para una sociedad que se quiere considerar justa.