Siempre he creído que existía, por
parte de algún que otro medio de comunicación, cierta animadversión contra el
PSOE de Ceuta, aunque tengo que reconocer que me he equivocado. Ese encono era
exclusivamente a la etapa de José Antonio Carracao, quizás por eso de que ha
sido la que más ha sacado del tiesto algunos trapos no muy limpios del Gobierno
de la Ciudad, y todo el mundo sabe de quien se abastece estos mismos medios.
Para elogiar al actual Secretario General, algo que me parece maravilloso y
beneficioso para mi partido, y me gusta, no hace falta calificar de tenebroso
los años anteriores a Manuel Hernández, “el hombre tranquilo”, tal y como
lo han definido recientemente.
No sé qué entienden algunos por coto
cerrado, porque las siglas que yo conozco son abiertas, democráticas y
transparentes. ¿Poca afiliación? Ceuta es una ciudad donde las personas no
quieren ser señaladas por la norma generalizada de la subvención y la táctica
del miedo. Aun así, hemos crecido en afiliación, cuando prácticamente no existía
partido, y hemos sabido estabilizar y poner un horizonte listo para poder
gobernar en un futuro no muy próximo.
Y no, no me preocupa que me llamen delfín
porque no me lo considero, tampoco me incomoda que hablen de relegar al puesto
seis, porque ni saben los motivos del seis, ni nunca me he sentido tan
orgullosa de ocupar parte de esa lista. Lo que me alarma es la alabanza
de quienes tienen demasiada connivencia al Partido Popular, a pesar de haber
sido cesado. Algún día, quienes están faltos de libertad tendrán que explicar
qué significa “sufrir saña” o “emplear la guadaña internamente”. Quizás no
entendieron el funcionamiento de un partido como el PSOE. Puede que los elogios
vengan por tender la mano a Caballas y al Gobierno de la Ciudad, con lo cual entiendo
eso de la incomodidad de la radicalidad de nuestro anterior líder, sobre todo
cuando juzgan y comparan la radicalidad con el ímpetu reivindicativo, de lucha
y de coraje, una valentía que supo crispar los nervios de sus adversares, y eso
no suele gustar, sobre todo cuando entre esas denuncias está la evidencia
de hacer uso de ciertos privilegios nadas éticos, como la obtención de casas
sin ningún tipo de derecho ni de moral.
Pero menos mal que siempre queda la lucidez
de quienes prefieren seguir trabajando sin mochila, que parcheando con rencores.
El PSOE es mucho más que etapas, son sus valores, sus principios y su historia.
Todo pasa y todo queda, pero lo
nuestro es pasar, pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Sandra López Cantero
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