NO ES AZNAR O EL CALENDARIO LABORAL, ES LA USURPACIÓN DICTATORIAL DEL PP

La política es un camino de obstáculos donde no siempre están las mejores personas, ni las más honestas. Pero no se diferencia mucho de la vida misma. En el día a día cometemos millones de errores, la virtud está en tener la humildad suficiente como para reconocerlos y la valentía sobrada para hacer siempre lo que vulgarmente se dice " lo que te venga en gana", que no es más que lo que tus valores y razones marquen.
En la política también están estas personas y también se experimentan estos errores.
Luego están aquellas personas que vienen sobradas de todo, quienes piensan que nunca se equivocan y van dando lecciones de moralidad y superioridad. También están quienes buscan su hueco, la gente que pelotea o jamás han hecho nada y se lo han encontrado todo, los que se quieren mantener o, sobretodo, los que buscan imponer.
Es un mundo muy complicado en el que es casi imposible no salir vivo o, como mínimo, arañado.
Pero compensa, compensa saber que el fin merece la pena. El problema viene cuando las decepciones te anulan la espontaneidad, pero nadie dijo que la lucha por la justicia, la igualdad y la libertad fuera fácil.
Pero si hay algo que no entiendo es la inhumanidad.
Dicho esto, voy a dedicar este último espacio a expresar, aunque no me afecte políticamente, mi malestar por lo que ha pasado en la Mesa Rectora de Ceuta. No voy a entrar en si la propuesta de que Aznar deba pedir perdón por la guerra de Irak, donde tengo un pensamiento claro de lo que para mí supuso una guerra injusta e ilegal y que, por tanto, tiene que pagar por ello, es una propuesta a debatir o no en el pleno. Igual que si es correcto llevar el debate del Candelario laboral que proponía MdyC, que entiendo que sí. Creo que la noticia no es esa. Voy a mencionar la usurpación dictatorial que hace el Partido Popular a impedir que un grupo político, que es elegido democráticamente, pueda llevar lo que considere o no oportuno. Desde mi punto de vista creo que es grave lo que ha pasado y que sienta un precedente muy peligroso para la libertad política.
Con este gesto existe un antes y un después, que espero sea tenido en cuenta por el bien de la ética política. Hemos pasado de no celebrarse en la anterior legislatura los plenos de las interpelaciones con la excusa del tiempo, a limitar la voz de los partidos en la asamblea y el número de propuestas a llevar, a dejar de retransmitir los plenos en la televisión, y ahora a tumbar las propuestas antes de que lleguen a las votaciones con eso de que no vaya a ser que se me ponga malo algún diputado o diputada y al final nos veamos en la tesitura de que la Asamblea aprueba que Aznar pida perdón por los crímenes de guerra. Qué cosas, más ahora que estamos pendiente de la formación de un Gobierno.
Espero que no llegue el día donde de repente nos veamos incluso sin plenos. Total, para lo que sirven, a veces, dirán , si luego no se cumple nada.